3.11.13

Sinagoga: la llave del enigma

Texto de disertación presentada en Buenos Aires en octubre de 2013 y en Río de Janeiro en octubre de 2014.*


Ecclesia et Synagoga es la designación latina con la que se conoce a las alegorías teológicas de la Iglesia (Evangelio) y la Sinagoga (antigua Ley Escrita) en el arte eclesiástico medieval.[1]

Tales figuras simbolizan dogmas teológicos eclesiásticos del medioevo (y no los ámbitos de culto conocidos respectivamente como iglesia y sinagoga).

El simbolismo eclesiástico del período gótico es complejo y sofisticado. No pocos especialistas en iconografía cristiana han detectado estas características en obras del arte gótico y, algunos, incluso tuvieron el coraje de expresar su propia perplejidad ante la elaborada complejidad el mismo.[2] Debido a ello, el alcance semántico de Ecclesia et Synagoga requiere ser abordado con prudencia.[3]

El par de imágenes así conocido tiene lugar en el arte en términos de un contraste teológico entre las figuras alegóricas de "Iglesia" (Ecclesia) y "Sinagoga" (Synagoga). En tanto que Ecclesia simboliza inequívocamente la Iglesia católica apostólica romana, la identidad de Synagoga es presentada en términos de considerable ambigüedad y da lugar a equívocos.

Como alegoría, Synagoga se encuentra lejos de haber sido definida claramente o con la precisión que el contraste o contraposición de imágenes de tamaña significación requiere.

Así, por ejemplo, todo lo provisto hasta el día de hoy en internet resulta o bien insuficiente o poco satisfactorio, incluyendo ello hasta la información provista online por el Museo del Prado, donde no se duda en aplicar títulos decimonónicos a obras medievales y que resultan en la actualidad inadecuados por ser interconfesionalmente incorrectos.

Por ejemplo, La Fuente de la Gracia, óleo sobre tabla de pintor anónimo hispano-flamenco, realizado entre 1435 y 1454, es subtitulado "La Fuente de la Gracia y triunfo de la Iglesia sobre la Sinagoga".[4] Pero tal subtítulo no es más que una decimonónica designación empleada por Pedro de Madrazo al catalogar esa obra.[5]

Anónimo flamenco, La Fuente de la Gracia, c. 1435-54
óleo sobre tabla
Museo del Prado, Madrid

De "Iglesia y Sinagoga" a "Papa y Sumo Sacerdote"

Ecclesia et Synagoga es un par de alegorías teológicas femeninas cuya existencia se remonta a marfiles carolingios del siglo IX y que, posteriormente, fue desarrollado también en la pintura y escultura del medioevo, especialmente durante la baja Edad Media.[6] Inicialmente tales pares parecen no haber sido concebidos como una afronta antijudía, sino como una afirmación teológica y doctrinal de la Iglesia.[7] Solo hacia el siglo XII y, especialmente, el siglo XIII, la formulación de Synagoga involucró un marcado antijudaísmo.[8]

Crucifixión con Ecclesia et Synagoga
Marfil carolingio, Metz, siglo X-XI

El par alegoríco raramente era expresado en los términos explícitos de edificios o congregaciones,[9] sino que, por el contrario, aludía simbólicamente a una noción eclesiástica importante para la teológia cristiana y lo hacía a través de dos figuras de carácter noble. En tal esquema, Synagoga respondía a la Ley Escrita (la tradición y obligaciones que emanan de la Ley Mosaica),[10] siendo dicha Ley, según la Iglesia católica romana, completada y perfeccionada para la cristiandad a través del advenimiento de Jesucristo;[11] Iglesia, por su parte, es la heredera y sucesora del legado del Cristo (Evangelio).

Cristo en majestad, con Pedro y Pablo coronados por Ecclesia et Synagoga
Mosaico Iglesia Santa Pudenziana, Roma, 380 E.C.

Los atributos de Ecclesia son la corona, el estandarte cruciforme y el cáliz. Los atributos de Synagoga son la inestabilidad o ausencia de corona, los ojos vendados, el estandarte quebrado y ya sea la Ley Escrita resbalándose de sus dedos o bien la cabeza de un cabrito.[12]

Ecclesia et Synagoga
Catedral de Metz, siglo XIII

Ecclesia et Synagoga
Vitrales en Elisabethkirche, Marburg, 1200-1250

En efecto, dichas figuras no representan a ámbitos o personas específicas, sino que son alegorías del liderazgo espiritual de las comunidades de fieles, respectivamente cristiano y judío. Ellas son alegorías teológicas que aluden a la Autoridad del Magisterio Doctrinal. En el arte eclesiástico, Ecclesia representa al Magisterio de la Iglesia, mientras que Synagoga representa al Magisterio de la Ley Escrita, heredada de Moisés.

Para el cristianismo medieval, por otra parte, la figura líder era el Papa; pero para el judaísmo medieval, no existía para ese entonces un Sumo Sacerdote (tal como sí lo hubo en la Edad Antigua).

Durante más de seis siglos, el par de alegorías femeninas fue distintivo de Europa, donde frecuentemente se recurrió al par de Ecclesia et Synagoga. Con todo, a principios del siglo XIV una innovación tuvo lugar: Ecclesia fue eventualmente reemplazada por la figura del Papa y, Synagoga lo fue a su vez por aquella del Sumo Sacerdote.

Ello puede constatarse en una pintura alemana del Maestro de Santa Verónica que data de 1420 y es preservada en el Instituto de Arte de Chicago. Y ello se reitera también en la ya mencionada La Fuente de la Gracia, hoy en el Prado.

Maestro de Santa Verónica, Cristo sobre la cruz viviente, Alemania, 1420-30
Art Institute of Chicago

La substitución a la que nos referimos es simbólica y arroja luz sobre el contenido doctrinal, teológico-eclesiástico de las obras conocidas como Cristo sobre la cruz viviente y La Fuente de la Gracia, donde "Sinagoga" no simboliza la derrota del judaísmo medieval, sino que expresa una noción esencialmente simbólica: para la Iglesia, como institución de liderazgo comunitario y, especialmente, como Autoridad de Magisterio Doctrinal, las obligaciones establecidas por la Ley Escrita han sido trascendidas y perfeccionadas con el advenimiento del Cristo.[13]

Encomendada o no como resultado de las conocidas disputas entre cristianos y judíos en la Europa medieval,[14] lo cierto es que La Fuente de la Gracia presenta la devoción de los seguidores de Cristo ante el colapso del Sumo Sacerdote que no lo reconoció como el Mesías. Tal figura exhibe como atributo lo que pretende ser el rollo de la Ley Escrita, pero de hecho no lo es.[15] El rollo en cuestión se encuentra prácticamente a punto de desparramarse literalmente sobre el suelo.

El Sumo Sacerdote

Textos con caracteres que pretenden ser hebreos, pero no lo son. El pintor que ejecutó las inscripciones no entendía hebreo pero además tampoco sabía copiar las letras de su alfabeto.

Gato por liebre. Las inscripciones ejecutadas por el anónimo flamenco constituyen literalmente un híbrido textual y son a su vez un disparate tanto sintáctico como semántico. Click derecho sobre la imagen para ampliarla.

Al referirse al grupo de personajes representado en la parte inferior derecha de La Fuente de la Gracia, el Museo del Prado vagamente nota, a través de texto disponible en internet, que se trata de "varios judíos confusos y en fuga, uno de ellos con los ojos vendados."[16]

En relación a los grupos representados a ambos lados de la Fuente, la voz de Pradomedia agrega que:

A un lado de la fuente aparece la Iglesia representada por las jerarquías religiosas y laicas que reconocen su Verdad y adoran sus Santas Formas; al otro lado aparece la Sinagoga, tan ciega a la Fe como el Sumo Sacerdote con la venda. Mientras la cruz que sirve de estandarte a los cristanos se maniene erguida, el estandarte de la Sinagoga aparece quebrado.[17]

Con todo, lo cierto es que pese a haber sido representado con sus bien conocidos atributos y estar todos ellos presentes en el óleo en cuestión, ni "Pradonline" ni "Pradomedia" logran identificar ni tampoco designar con especificidad al personaje hebreo "con los ojos vendados", quien de hecho es el Sumo Sacerdote de los israelitas.[18]

Motivo con ruido comunicacional

Tanto el sentido común como el contexto teológico propio de este cuadro tienden a sugerir que el personaje en cuestión podría ser Caifás, el Sumo Sacerdote que por todos los medios disponibles a su alcance intentó deshacerse de Jesús.


Es a este Sumo Sacerdote con los ojos cubiertos por una gruesa venda a quien además se le ha caído el rollo de la Ley Mosaica al suelo.

Sea como fuere, la Iglesia se refiere a través de esta figura a la máxima autoridad que poseía el Templo de Jerusalén durante los tiempos bíblicos. Ello es expresado mediante las vestiduras del líder en cuestión, que lo introducen específicamente como Sumo Sacerdote de los israelitas y no como un algún incierto rabino europeo del medioevo.

Dado que, cronológica e iconográficamente, La Fuente de la Gracia es posterior al par de alegorías femeninas (Ecclesia et Synagoga), conviene indicar que, en esta tabla, quien sustituye a la alegoría teológica conocida como "Sinagoga" no es un rabino medieval, sino precisamente un Sumo Sacerdote de los tiempos bíblicos.

Respondiendo a una noción doctrinaria y eclesiástica, el sentido teológico de la expresión "Triunfo de la Iglesia" intenta legitimar la autoridad de la Iglesia y proclamar la victoria del cristianismo, aunque refleja también las para nada despreciables ambiciones de poder de los eclesiásticos de la época.

Inicial "Q"
Homilías de Beda, Verdún, Francia, s. XII

Es aquí cuando surge una serie interrogantes cruciales para la comprensión del alcance y real significado de la imaginería visual a la que recurre la Iglesia: ¿sobre quién triunfa Ecclesia?, ¿sobre el Sacerdocio hebreo?, ¿sobre la Ley Mosaica?, ¿sobre el "Antiguo" Testamento?, ¿sobre el judaísmo?, ¿sobre los judíos?

Para la Iglesia, el pueblo de Israel ha sido y es un referente incontornable, ya que Israel es el pueblo de la Profecía, el pueblo de cuyo seno nacío el Cristo, y es también el pueblo que lo siguió antes que ningún (incluso cuando no en su totalidad).

Acerca de cuál es el primero de los mandamientos, Jesús responde: "El primero es: « Escucha Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. » El segundo es: « Amarás a tu prójimo como a ti mismo » [Levítico 19, 18]. No existe otro mandamiento mayor que éstos." (Marcos 12, 29-31).

Es menester recordar aquí que el judaísmo prohíbe adorar una persona, dado que considera ese acto como una forma de idolatría. Por consiguiente, a ningún judío le es permitido adorar otro judío. Para el judaísmo, la creencia central y fundamental es la completa unidad, la total indivisibilidad y la resplandeciente omnipotencia de Dios.

Según la escatología judía, la venida del Mesías se acompaña de tres eventos precisos, eventos que el judaísmo sostiene aún no han ocurrido:
1. El retorno de todos los judíos a la Tierra Prometida
2. La reconstrucción del Templo de Jerusalén
3. La era de la paz y entendimiento entre todos los hombres del mundo (Isaías 2:4),39 en la cual "el conocimiento de Dios" llenará la Tierra (Isaías 11:9; Habacuc 2:14).

Dado que ninguno de esos eventos tuvo lugar durante la vida de Jesús, el judaísmo sostiene que Jesús no fue el Mesías y que las profecías hebreas aún no se han cumplido.

Para la teología eclesiástica medieval eso es "ceguera". Pero para el judaísmo eso es Creencia.

Debido al contexto teológico ya mencionado, en La Fuente de la Gracia, el grupo de once hombres localizado junto al Sumo Sacerdote sugiere una crisis en el minián. Los personajes que forman dicho grupo llevan ropajes medievales pero, a diferencia de los judíos europeos de la baja Edad Media, carecen de las insignias amarillas que les habían impuesto los eclesiásticos cristianos a través del cuarto Concilio de Letrán (1215). Tales signos identificaban y simultáneamente segregaban a los hebreos del resto de la población. La insignia discriminatoria está presente en diversas imágenes europeo-occidentales producidas a partir del siglo XIII,[19] pero curiosamente brilla por su ausencia en La Fuente de la Gracia.

En lo que se refiere al estudio iconográfico de Synagoga, la llave del enigma es aquí la figura del Sumo Sacerdote en La Fuente de la Gracia, ya que es ella la que comunica una noción semánticamente importante y lo hace en términos unívocos: el colapso teológico-magisterial de aquél que otrora había sido líder mas no en alguna sinagoga, sino precisamente en el segundo Templo de Jerusalén.[20]

Dentro de la iconografía cristiana, Synagoga comunica el fin de la autoridad y el magisterio teológicos otrora ejercidos por el antiguo sacerdocio hebreo. Con todo, dicha alegoría posee una naturaleza atemporal y su ambigüedad es capaz de evocar no sólo al antiguo sacerdocio hebreo sino  también aludir al pueblo de Israel e incluso al judaísmo.

Crucifixión con Iglesia y Sinagoga
Nótense las congregaciones de fieles cristianos y judíos representadas como entidades diferentes a ellas.
Fresco alemán. San Égido, Kleincomburg, 1882

Como autoridad en materia teológica y doctrinal, el Sumo Sacerdote es un líder religoso bíblico y no debe por lo tanto ser confundido con ningún judío medieval erudito como podría ser Rashi o bien Maimónides. En efecto, la imaginería empleada en la alegoría teológica de la Iglesia no es ninguna disputa con los judíos medievales sino que aspira manifestarse como la afirmación rotunda e incontestable de una nueva autoridad religiosa, un nuevo orden teológico, un nuevo magisterio doctrinario.

El motivo visual del Sumo Sacerdote de los israelitas es por lo tanto clave no solo para la Fuente de la Gracia, sino también para la comprensión de la iconografía cristiana medieval: una valiosa llave para establecer la identidad última de Synagoga y el alcance de la misma en iconografía teológica cristiana tanto gótica como aquella que pertenece a los períodos subsecuentes, donde ella reaparece en la historia del arte eclesiástico.

Tanto Synagoga como el Sumo Sacerdote de los israelitas poseen varios atributos en común. Uno de ellos es la venda que cubre los ojos. Otro el estandarte quebrado. Otro más es la Ley Escrita que tiende a caérsele de las manos o que ya cayó al piso. A ellos también debe agregársele la actitud corporal y cabeza agachada, que denotan tanto derrota como sumisión y vergüenza en materia teológica. Ambos personajes suelen llevar algo sobre la cabeza, sólo que la corona de Synagoga es reemplazada por una mitra en el caso de Sumo Sacerdote.

Pero, en algunas oportunidades, Synagoga no porta la Ley Escrita, sino que lleva en su mano la cabeza de un cabrito. Popularmente, tal motivo ha sido incorrectamente identificado como un símbolo de lujuria o sexualidad desenfrenada, cuando no como una auténtica expresión del "amor" que Synagoga siente por el macho cabrío, al que adoran las brujas en las noches de luna llena, y con el que consuman el bestialismo para termina, al mejor estilo Judit, cortándole la cabeza...[21] Y, a pesar de tamaña imaginación descarriada, lo cierto es que Synagoga lejos está de portar la cabeza de ningún gran macho cabrío maduro o bien desarrollado (viril, potente, etc.), sino todo lo contrario: se trata de un inofensivo cabrito, idéntico a aquellos que se sacrificaban en el jerosolimitano Templo.

Más aún, si se comparan los atributos de Ecclesia con aquellos de Synagoga, el significado de la cabeza de cabrito tiende a flotar como aceite sobre agua.

Porque Ecclesia porta un cáliz y es en ese mismo cáliz donde, según la imaginería teológica cristiana, ella colecta la sangre que emana del cuerpo del Crucificado.

Crucifixión con Ecclesia y Synagoga
Manuscrito iluminado, probablemente del siglo XIV

Y, mientras que el cáliz es símbolo del sacrificio de Jesús en la cruz y también de la Eucaristía, la cabeza del cabrito degollado es una alusión simbólica a los sacrificios que se llevaban a cabo en el Templo de Jerusalén cuando los tiempos bíblicos, mas no después de la destrucción del mismo (70 E.C.).[22]

En las diversas alegorías teológicas de Synagoga, el último atributo en cuestión suele ser alterno, de modo tal que en algunos casos ella puede ser representada portando la Ley Escrita, mientras que en otros con la cabeza de cabrito.

En lo que concierne a su interpretación dentro del marco eclesiástico, los dos atributos poseen un mismo significado: ambos hacen referencia a la inexorable obligación que tiene el pueblo hebreo de cumplir rigurosamente los 613 preceptos que emanan o son derivados de la Ley Mosaica (Torá).

Maurycy Gottlieb
Cristo predicando en la Sinagoga de Cafarnaúm
1878-79
Museo Nacional de Polonia, Varsovia

Como judío observante que era, Jesús solía conversar y debatir con los miembros de su pueblo la naturaleza, los alcances y las particularidades de la Ley Mosaica, mas la actitud de la Iglesia medieval para con los judíos no fue análoga a aquella de su predecesor. La Iglesia medieval al judaísmo lo fosilizó.

Y en tanto que Jesús no obligaba a nadie a seguirlo por la fuerza, la Iglesia medieval sólo comprendía que o se estaba con ella, dentro de ella, o se estaba fuera, y por consiguiente contra ella.

En la Edad Media no hubo lugar para la duda. O se creía o se era hereje (y a menudo se acacaba en la hoguera).

Tal era la naturaleza del rígido universo teológico medieval. La teología medieval cristiana no aceptaba medias tintas y mucho menos que pudiesen co-gobernar dos reinas sobre un mismo territorio.

De ahí surge la necesidad eclesiástica medieval de reafirmar una y otra vez la noción de "Iglesia triunfante y Sinagoga derrotada".

Tomados en su propio contexto, tales términos responden a cierta lógica, que es eclesiástica y medieval, lógica a la que también responden las alegorías teológicas de Ecclesia et Synagoga.

Durante la Edad Media, La autoridad del papado debió enfrentar no pocas turbulencias. A los cátaros, por ejemplo, se los exterminó por completo y sin demasiados titubeos. A los judíos se los segregó y se les impusieron condiciones de vida cada vez más insoportables. Pero no se los exterminó, ya que eran el pueblo de la antigua Alianza (Concordia Veteris), la Profecía y el Testimonio. La expresión Nuevo Testamento (Novi Testamenti), por otra parte, no tendría demasiado sentido de no existir su predecesor. Ya que, según la interpretación cristiana, el "Antiguo Testamento" contiene las profecías que terminan todas por cumplirse con aquello que narra el Evangelio. Es por eso y por haber sido el pueblo testigo de la presencia de Jesús en la tierra que a los judíos de un modo u otro se los toleró, pero siempre desde la Otredad.

Biblia historiada, Francia, 1215-30
Viena, Österreichische Nationalbibliothek, Codex 2554, fol. IVd.

Volvamos ahora a los atributos. Las Tablas de la Ley Escrita que con no poca dificultad eran portadas por Synagoga son reemplazadas en el caso del Sumo Sacerdote exhibido en el Prado por un gran rollo de texto prácticamente sobre el piso. Ambos atributos sugieren no solo una incapacidad para la aplicación de la Ley Mosaica sino que además insinúan, y no sin ambigüedad, que tanto Synagoga como el Sumo Sacerdote podrían ser figuras amorales. También teológicamente significativo es el hecho de que Sinagoga portaba las Tablas Mosaicas difícilmente, mientras que la condición del Sumo Sacerdote implica que la Torá misma está por el suelo.

Como se dijo, Synagoga alternativamente portaba una cabeza de cabrito. En el panel exhibido en Prado, tal atributo no existe. Acaso porque no era del todo necesario y hubiese resultado hasta redundante. El efecto de lo que se supone es la Torá sobre el piso, junto con el atuendo propio del Sumo Sacerdote, sugieren ya de por sí con total claridad el mensaje que se intenta expresar.

Sin embargo, el atuendo del Sumo Sacerdote presenta otro componente que es típico y además revelador. Sobre su pecho, él porta un pectoral con doce piedras preciosas que simbolizan las doce tribus de los israelitas y tal atributo o componente es símbolo patente de que el Sumo Sacerdote era la mayor autoridad en el Magisterio Doctrinal que regía a toda la Tierra Santa.[23]

Placa pectoral del Sumo Sacerdote de Israel
Jewish Encyclopedia, 1905-6

Como hemos visto, Synagoga presenta en la iconografía eclesiástica las Tablas de la Ley Escrita o bien la cabeza de cabrito, pero no ambas a la vez. Con todo, ambos atributos simbolizan dos aspectos diferentes de una misma cosa: las obligaciones que exigía la Ley Mosaica antes del advenimiento del Cristo. A dichas obligaciones se las expresa en el arte cristiano del medioevo, no desde la tradicional posición del judaísmo observante, sino desde una interpretación teológica eclesiástica.

Es en este último sentido que en el arte eclesiástico llega Ecclesia a triunfar sobre Synagoga. Es decir, es a partir y a través de Jesús, que el cristianismo se libera del cumplimiento de una importante cantidad de preceptos y obligaciones exigidas por la precedente Ley Mosaica que, sólo entonces, pasa a ser interpretada como "Antiguo" Testamento.

Pero ello por supuesto no significa los cristianos, entre otras cosas, no deban observar, por ejemplo, los Diez Mandamientos, mas deben hacerlo en su versión eclesiástica, que es parecida, mas no idéntica a la que figura en Ley Mosaica original.

En Filipinas, hacia el noroeste de Luzón y a 200 kilómetros de Manila, existe en una singular iglesia donada por el papa Juan Pablo II a la comunidad católica de Agoo. Lo que llama antetodo la atención es que en sus dos enormes puertas de madera presenta labrados el inicio de los Diez Mandamientos en caracteres hebreos. Los filipinos por su parte hablan tagalog e inglés, y además de otras tantas lenguas y dialectos, mas no el hebreo. Lo asombroso del caso es que en la mencionada iglesia los caractéres hebreos han sido escritos con suficiente corrección como para ser entendidos. Junto a ellos figura el monograma del Redentor. El caso en cuestión corrobora que para Iglesia de hecho sí existe una permanente continuidad entre ambos Testamentos.

Basílica Nuestra Señora de la Caridad, Agoo, Provincia de La Unión, Filipinas, 1976-78 (My Manila).

La sutileza teológica del simbolismo papal resulta aquí reveladora, ya que para poder acceder a la Iglesia es indispensable pasar literalmente a través de los Diez Mandamientos. Según este mensaje teológico, es a través de su cumplimiento que se accede a Cristo.

La Iglesia inicialmente expresó su mensaje teológico sin recurrir al antijudaísmo. No obstante, éste tiendió a complicarse a medida que la naturaleza e identidad de Synagoga se vuelvieron vagas e imprecisas.

Synagoga como antiguo Magisterio Doctrinal
Catedral de Estrasburgo, c. 1230

El no haber podido establecer con precisión el significado de la famosa cabeza de cabrito que Synagoga porta la iconografía eclesiástica inspiró un estudio que, aunque intermitente, duró no menos de tres décadas. Lo capitalizado gracias a dicho estudio es que aquello que no se comprende bien merece ser comprendido, mas a partir de su propio contexto histórico y, en este caso, teológico, eclesiástico y doctrinal. En otras palabras, ha sido necesario trascender la suposición para llegar a descifrar la alegoría y su simbolismo mediante un estudio a fondo del asunto.

El presente estudio otorga al lector la llave del enigma, es decir, los elementos necesarios para determinar con precisión y exactitud el significado que el término latino Synagoga tiene para la teología cristiana y para la imaginería visual inspirada por dicha teología eclesiástica y doctrinal en la Edad Media.

El Mesías con Ecclesia et Synagoga
Nótese que el hecho de que en el arte eclesiástico el Mesías quite el velo que Synagoga portaba sobre sus ojos expresa la convicción del futuro reencuentro del Magisterio Doctrinal Mosaico con Dios.
Vitral en medallón de San Denis, Francia, siglo XII

Además del material aquí considerado existen otros tantos casos que fueron fabricados o inventados a partir de concepciones deliberadamente antijudías. Entre ellos lugar destacado (mas no necesariamente para bien) ocupan el reemplazo de la venda que cubre los ojos de Synagoga por una serpiente, o aquél parodiando una justa ecuestre pero donde ella va montada sobre una cerda, o incluso ese otro donde una surreal Cruz viviente termina por apuñalarla.[24]

Ante tales engendros dignos de ser exhibidos en algún museo del horror, uno no puede sino preguntarse cómo es que la Iglesia permitió semejante imaginería en la Casa de Dios. E incluso cómo es que la sigue permitiendo hasta el día de hoy. Para un ser íntegro, el fundamento teológico en esos casos desafía y contamina la ética cristiana. Y es precisamente en aquellas innecesarias y endemoniadas fabricaciones populares y populistas, donde, según el criterio de quien escribe las presentes líneas, la Autoridad del Magisterio Doctrinal de la Iglesia amenaza con escapársele de las manos.

Dado que en la cristiandad la creatividad no escasea, acaso ya sea tiempo de reemplazar tamañas monstruosidades por una imaginería que refleje no antisemitismo sino la real posición teológica de la Iglesia, aquella estudiada en este trabajo y que la enaltece como institución moral.

Hermana Paula Turnbull, Synagoga et Ecclesia, bronce, 2000.

Notas
*. Mariano Akerman es historiador del arte e investigador independiente. El presente trabajo fue expuesto en toda su exensión durante el ciclo de conferencias Patrimonio e Identidad, que tuvo lugar en el Centro de Estudios Bíblicos de Río de Janeiro durante septiembre-octubre de 2014.
1. Ecclesia et Synagoga, 9.11.2010
2. Uno de ellos, Josua Bruyn, considera este tipo de imaginería como una curiosa especie de acertijo visual (Josua Bruyn, "A Puzzling Picture at Oberlin: The Fountain of Life", Allen Memorial Art Museum Bulletin, 1958, pp. 4-17; Fountain of Life).
3. Por ejemplo, refiriéndose a La fuente de la Gracia y al considerar un grupo de doce figuras cuya identidad no es unívoca, la información provista por el Museo del Prado en Internet se remite meramente a indicar que "en el plano inferior [...] a la derecha [hay] varios judíos confusos [...], uno de ellos con los ojos vendados", pero no subraya el hecho que precisamente ese personaje presenta todos los atributos del Sumo Sacerdote de Israel (Pradonline, 1.11.2013).
4. Sitios accedidos 1.11.2013.
5. Pedro de Madrazo, "El triunfo de la Iglesia sobre la Sinagoga, caudro en table del siglo XV attribuido Jan van Eyck" (Museo Español de Antigüedades 4, Madrid, 1875, p. 39; Fountain of Life, accedido 30.10.2013).
6. Ecclesia et Synagoga, 9.11.2010
7. Pero con ello no se quiere significar el que posteriormente no se hayan realizado pares alegóricos que sí hayan sido concebidos como portadores de mensajes antijudíos o de naturaleza que resulta ser ambigua o dudosa.
8. En 1280, Sinagoga presenta ya sus ojos cubiertos no por una venda, sino por una serpiente (Catedral de Estrasburgo, figura escultórica en el tímpano de la fachada occidental; Freddy Raphaël, L'Église et la Synagogue, Art Médiéval en Alsace, Alsacia-Lorena: ASIJA, 2010). Véanse también los motivos del Altar Portable de Stabelot, Países Bajos, 1160; Matfre Ermengaud de Bezies, Breviari d'amor, Francia, 1288; y la escultura conocida como Sinagoga en la iglesia de San Seurin en Burdeos (V.-H. Debidour, Le bestiaire sculpté en France, Estrasburgo: Arthaud, 1961, fig. 435).
9. Un ejemplo de ello puede encontrarse en De Universo, obra de Rabanus Maurus, manuscrito ilustrado, 842-847.
10. En el judaísmo ortodoxo, ello implica el complimiento de los 613 preceptos (en hebreo, mitzvot) que emanan de la Torá.
11. A ello se ha referido el papa Juan Pablo II en su encíclica Veritatis Splendor (1993), "Dios es el Bien, ningún esfuerzo humano, ni siquiera la observancia más rigurosa de los mandamientos, logra cumplir la Ley, es decir, reconocer al Señor como Dios y tributarle la adoración que a él solo es debida. El «cumplimiento» puede lograrse sólo como un don de Dios: es el ofrecimiento de una participación en la bondad divina que se revela y se comunica en Jesús."
12. Ecclesia et Synagoga y álbum homónimo, 2010.
13. Sin que ello implique la noción de que el pueblo judío sea irrelevante en lo que concierne la profecía bíblica o la escatología. Recuérdese el «Sermón de la montaña», que constituye la carta magna de la moral evangélica, donde Jesús dice: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento» (Mateo 5:17). Consideresé también la encíclica Veritatis Splendor, donde se cita a san Ambrosio refiréndose a la Ley Mosaica y considerándola como "figura de la verdadera ley" e "imagen de la verdad".
14. Este tipo de imaginería, según Bruyn, pudo haber sido la resultante de alguna acusación de profanación de hostias en Segovia (Josua Bruyn, "A Puzzling Picture at Oberlin: The Fountain of Life", Allen Memorial Art Museum Bulletin, 1958, pp. 4-17; Fountain of Life). España por su parte se hallaba en importantes controversias de naturaleza religiosa. Por ese entonces, se esperaba que el enfrentamiento entre las comunidades cristianas y judías fuese resuelto a través de acalorados debates interreligiosos conocidos como "disputas teológicas". Enconados como a menudo lo eran, tales debates enfrentaban a teólogos cristianos y eruditos judíos, a menudo incluían judíos conversos al cristianismo y rabinos. Entre tales enfrentamientos, conocida es la Disputa de Tortosa, con sus sesenta y siete sesiones encrispadas y durando casi dos años, desde febrero de 1413 hasta noviembre de 1414. En lo que se refiere a la imaginería medieval, considéres que, entre otras cosas, "un asunto fundamental en discusión era [para la Iglesia] la defensa de la Eucaristía como manifestación de la nautraleza mesiánica y redentora de Cristo" (Pradomedia).
15. El Sumo Sacerdote porta en su pecho el tradicional pectoral de doce piedras que representan las doce tribus de los israelitas y un estandarte quebrado con inscripciones que pretenden ser hebreas. La inscripciones que presenta la obra pueden ser un gesto deliberado por parte del pintor, para indicar que la "ley" de los fariseos solo poseía la apariencia de ser la auténtica Ley Mosaica, pero que hecho no lo era. Ellas, alternativamente, sugieren que el pintor que las ejecutó no solo no entendía hebreo sino que además tampoco sabía copiar las letras de aquel alfabeto.
16. Prado Online: La Fuente de la Gracia y triunfo de la Iglesia sobre la Sinagoga.
17. Pradomedia.
18. Mientras que del texto en Pradonline emana que es un judío "con los ojos vendados", la voz de Pradomedia lo describe como "el Sumo Sacerdote con la venda".
19. La insignia discriminatoria puede observarse en: una caricatura inglesa donde el personaje satirizado presenta una insignia con la forma de las Tablas de la Ley; el sobrero alemán amarillo obligatorio para los judíos (Judenhut) representado en Dresden Sachsenspiel, Alemania, 1220; así aquellos del Codex Baldvini, Alemania, c. 1300; y el poeta hebreo Susskind de Trimberg, retratado en el Codex Manesse, 1305-40, fol. 355r; una miniatura que ilustra la expulsión de los judíos de Francia (1182), quienes portan la rodela (distintivo redondo de color), Grandes Chroniques de France, 1321; también la portan los judíos españoles en un fresco de la catedral de Tarragona, siglo XV; así como los miembros de la familia judía Norsa de Mantua, retratados junto a la Madonna della Vittoria, siglo XV.
20. Herodes reconstruyó el Templo pero a su vez también ordenó la Masacre de los Inocentes. El segundo Templo de Jerusalén, conocido también como el "Templo de Herodes" fue destruido por órdenes del romano Tito en 70 E.C.
21. Ningún secreto de Estado es el hecho que la imaginación popular sea amenudo fértil y hasta demasiado generosa en lo que concierne a los detalles jugosos.
22. Los sacrificios de animales domésticos tampoco tuvieron lugar en Europa durante la Edad Media.
23. Al pectoral con las doce piedras preciosas en hebreo se lo llama joshen. Sólo el Sumo Sacerdote podía portarlo y, en términos visuales, ello lo distinguía claramente de los demás sacerdotes del Templo.
24. El caso de la serpiente sobre los ojos se da en Synagoga, escultura, tanto la iglesia San Seurin de Burdeos como en la catedral Notre-Dame de París; la justa con la "Judensau" puede verse como relieve en un panel de madera de la catedral de Erfurt (1400-10); la Lebendeskreuz figura en frescos de varias iglesias italianas, alemanas y serbias; en un vitral de la iglesia de San Juan en Werben, una mano emerge del cielo y apuñala a Sinagoga, que ni siquiera puede llegar comprender de qué se trata, dado que lleva sus ojos vendados (1414-67). En una pila bautismal en Santa María en Prestbury, Inglaterra, Sinagoga es simbolizada por una planta seca, mientras que Ecclesia lo es mediante otra pero llena de flores. Casi todos estos ejemplos fueron compilados por Fritz Voll y presentados como "Imágenes negativas del judaísmo en el arte cristiano" (Negative Images of Judaism in Christian Art: Ecclesia and Synagoga, Jewish-Christian Relations, 2010; reproducido en Sprezzatura).

Alegorías teológico-eclesiásticas del Magisterio Doctrinal
Maestro de la Leyenda de Santa Úrsula, Ecclesia et Synagoga, óleo sobre tabla, Brujas, 1475-82. Groeninge Museum, Bruges

• Investigación, texto y secuencia visual: Mariano Akerman, 2010-2013 © Todos los derechos reservados. Las imágenes son presentadas con propósitos exclusivamente educativos y pertenecen al dominio común o son propiedad de sus respectivos dueños. • Queda prohibida la reproducción total o parcial del presente texto sin el previo consentimiento por escrito de su autor, quien retiene los derechos que forman parte de su patrimonio intelectual.

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Investigación de Mariano Akerman
Ecclesia et Synagoga
Las alegorías teológicas y sus atributos
Cantar de los Cantares