Clásico, medieval y moderno: Excalibur Hotel en Las Vegas, vista nocturna (I.P. Singh, 1998)
En estética, Kitsch y Camp son categorías emparentadas: ambos hacen referencia a la sensiblería, el mal gusto y la ordinariez.
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KITSCH. Proveniente del dialecto de Bavaria (Alemania, c. 1860-70), el término tiene su origen en el verbo verkitschen, que significando "abaratar" y "arrojar todo junto," se refería tanto a las mercancías como a los desperdicios.[1] Luego, al ser empleado como sustantivo, el término adquirió un sentido peyorativo y pasó a designar todo aquello que posee poco mérito y es arrojado todo junto para satisfacer las aspiraciones del gusto popular.[2] En otras palabras, ordinariez o cursilería. El kitsch es un concepto que agrupa a los productos de poco o ningún valor estético (ya provengan éstos del campo de la artesanía, el arte o el diseño). Kitsch designa hoy a todo objeto barato, pretencioso y de mal gusto. La creación kitsch goza de éxito entre la masa e implica la consagración del sentimentalismo, la vulgaridad y lo banal. Los objetos y adornos kitsch son fabricados para el consumo masivo. Lo kitsch puede ser considerado como una clara señal del estancamiento artístico de una cultura.
Artículos kitsch: porcelana del buen creyente, perrito caniche con moñito a lunares en poliuretano, tarjeta decimonónica con Lohengrin siendo transportado por un cisne, enano de jardín transportando gatito blanco en carretilla, cesta y florerito de murano italiano, Barbie en atuendo dominguero, sillico de alivios modelo "absolutamente monárquico y para todo" y estilizado centro de mesa "pareja de gansos" en cerámica esmaltada y ribetes dorados.
Según Henckmann y Lotter, existen por lo menos cuatro variantes de kitsch (religioso, recordatorio, ornamental y publicitario.[3] Típicamente kitsch son los enanos de jardín, los cisnes-maceteros, las walkirias de las óperas de Richard Wagner, los figurines de porcelana, las réplicas ordinarias de esculturas maestras (plástico que aparenta ser mármol), los almanaques con fotografías de mascotas melosas, los souvenirs (recuerdos sensibleros para turistas), las figuritas aterciopeladas o con brillantina, Las Vegas, los ángeles de cementerio, la imagen religiosa fosforescente, las flores artificiales (plástico o seda), los ornamentos de murano italiano, Isabel Sarli, las calcomanías, Disneylandia, las pedrerías de fantasía, La Chona, las lámparas de efecto psicodélico, el vestuario de ABBA, las melodías de Richard Clayderman, las estatuillas de yeso a ser pintadas en el hogar, Kiss, la música ambiental con temas enganchados para supermercados, los imanes para 'pegar' en la heladera, los tatuajes, Barbie y Mi pequeño pony (ilustrado aquí luego de haber recibido el tratamiento de su imprescindible accesorio).
La apariencia de los miembros del grupo de cantantes suecos ABBA en 1974. Ver la saturación original de los colores en otra toma y cantando en vivo.
Cesars Palace, Las Vegas (Jon Sullivan, 2002)
En decoración (c. 1950-1985), el estilo kitsch tiende a ser sobrecargado y chillón, emplea colores muy saturados (preferentemente rosa chicle, rojo señal, celeste eléctrico, verde manzana y amarillo limón);[4] incorpora a veces texturas de pieles, pero usa materiales sintéticos, rasos y símil-sedas, acrílicos, dorados, plateados y brillos en general; recurre a lo estridente. Busca impresionar y puede bien dejar al espectador con la boca abierta.
Decoralia '70. Diván rojo shocking y música funcional que emerge entonces de parlantes incorporados en mastines acéfalos de acrílico (Bill Casselman).
Sin embargo, lo kitsch puede eventualmente estar destinado sólo para unos pocos y llegar entonces a adquirir una austeridad un tanto opulenta, tal como sucede hoy con el ciclópeo orden aparentemente de oro macizo que sustenta el interior del Burj-al-arab de Dubai. Se trata de un paraíso exclusivo para peces gordos, locales y extranjeros, pero gordos, ostentosamente gordos.
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CAMP. En el arte, lo camp nostálgicamente valora y hace resurgir lo que ya está pasado de moda. Provee así cierta sofisticación pero a partir de la artificialidad, cierto sentimentalismo y afectación. Suele incurrir en la banalidad y la ordinariez.
En inglés, el adjetivo camp designa a lo evidentemente gay, ya en términos de comportamiento, pose o apariencia (que, según el caso, pueden o no involucrar lo sobreactuado, la afectación o lo rimbombante).[5]
La imagen de la derecha fue realizada por Robert Bonfils para uno de los nueve libros de Don Holliday (Victor Vanis), The Man from C.A.M.P., 1966.[6]
Jeff Koons: ¿más allá del kitsch?
El advenimiento de la banalidad (Ushering in Banality), madera policroma (96.5 x 157.5 x 76.2 cm), 1988. Stedelijk Museum, Amsterdam, 1995
Busto burgués, (Bourgeois Bust, Jeff and Ilona), mármol, 1991; Gran florero, madera policroma, 1991; MJ y Burbujas (Michael Jackson & Bubbles), porcelana (106.7 x 179.1 x 82.6 cm), 1988.
La obra de Koons indudablemente se nutre del kitsch. El artista parece habérselo apropiado y de algún modo lo ha transformado.[7] Con todo, la intención de Koons no es clara: ¿deben sus apropiaciones y ulteriores transformaciones del kitsch ser tomadas en serio o en broma?
En un proceder tan cuestionable como sus fuentes de inspiración, Koons transforma objetos kitsch en artículos de lujo. Si bien interesante como ejercicio, la intervención de Koons no es ajena a la continuidad que se da entre la porcelana del buen creyente y el dorado orden ciclópeo del Burj-al-arab.
Koons declara que "hacer arte es como masturbarse."[8] Raramente alguien ha llegado a referirse a su propio quehacer con mayor precisión.
La manzanita nunca cae lejos del arbolito
Siguiendo la escuela de la provocación iniciada por Marcel Duchamp, Koons juega conceptualmente con el arte. Aunque equipare el hacer arte con una masturbación, la estrategia de Koons es original en tanto que constituye una inversión deliberada del típico proceso de producción del kitsch.
El arbolito. El kitsch reproduce una escultura clásica. Considérese por ejemplo el David de Miguel Ángel como fuente de inspiración. Mas lo ejecuta en pequeña escala y lo vuelve así fácilmente transportable. Sustituye el mármol del original por plástico y logra de este modo que la reproducción resulte accesible para muchos. El kitsch complace a la masa.
La manzanita. Koons reproduce un objeto kitsch, tomando por ejemplo un muñeco inflable por modelo. Al ejecutarlo en una escala mucho mayor que la del original, Koons le confiere un aire de monumentalidad e inamovilidad. Y al ser el barato plástico del original reemplazado por costoso acero inoxidable, su réplica resulta accesible sólo para unos pocos. Producida en edición limitada, la obra de Koons es adquirida exclusivamente por multimillonarios. Koons los satisface.
En términos de imaginería, el productor de kitsch tradicional es como Robin Hood, porque les saca a los ricos para darles a los pobres; mientras que Koons encarna al villano: ya que les quita a los pobres para satisfacer a los poderosos.
Y con todo, tanto el ordinario kitsch de consumo masivo como la sofisticada y excluyente producción de Jeff Koons se revuelven en la banalidad, sin llegar a trascenderla jamás.
Referencias
1. Robert Atkins, Art Speak: A Guide to Contemporary Ideas, Movements, and Buzzwords, New York: Abbeville, 1990, p. 94; Paul Robert, Le Petit Robert, París: Le Robert, 1987, p. 1061.
2. J.A. Cuddon, The Penguin Dictionary of Literary Terms and Literary Theory (1977), 4ª ed. revisada, Harmondsworth, Middlesex: Penguin Books, 1999, p. 444; Merriam Webster's Reader's Handbook, ed. Kathleen M. Doerthy and Mary W. Cornog, Springfield, Massachusetts: Merriam-Webster, 1997, p. 280. Véase también el material incluido en el sitio World of Kitsch, 1998-2004.
3. Diccionario de Estética (Lexikon der Äesthetik, 1992, ed. Wolfhart Henckmann y Konrad Lotter, Barcelona: Grijalbo-Mondadori, 1998, p. 148: religioso (devocionarios y ángeles de cementerio), recordatorio (souvenirs), ornamental (enanos de jardín) y publicitario (anuncios y envases).
4. Compárese con Espacio hogar y Mercado libre, 2007.
5. Véase Wordreference, Dictionarist, Wikipedia.
6. Acerca de la obra y su autor, véanse las declaraciones de Banis, su website, Wikipedia y Lynn Munroe, "The Man from C.A.M.P.," List 53, 2002 (Enfanzines).
7. Es por eso que Koons suele ser considerado uno de los maestros del Arte de la Apropiación. En las artes visuales, el término apropiación se refiere al empleo de elementos "prestados" que provienen de un objeto o trabajo de la cultura visual y que son adoptados para crear un nuevo trabajo. Entre los trabajos de apropiación notables figuran los collages cubistas de Pablo Picasso y Georges Braque (1912), el readymade de Marcel Duchamp conocido como La fuente (1917), el surreal Teléfono-Langosta de Salvador Dalí (1936) y varias obras del Pop Art realizadas por Jaspers Jones y Robert Rauschemberg en los años '50 tardíos, entre las que se destaca Monograma (1955-59). Ver Appropiation; Fontaine; Lobster-Telephone.
8. Jeff Koons, hablando acerca de su arte ante una audiencia de estudiantes adolescentes en Dallas, Estados Unidos, en 1991: "Jeff Koons told all the kids that making art was like masturbation" (Dane Larsen, Notes to Jeff Koons, 15.1.2009). En entrevista en 1989, Koons ya asocia al arte con la masturbación; ver Matthew Collings, "Jeff Koons," en Writers on Artists: A Collection of Great Writing on Art ... from the Pages of Modern Painters Magazine, Londres: DK, 2001, pp. 40ff.
Categórica ambigüedad en un sonriente enano de jardín con flamenco-lamparitas encendiéndose al atardecer: Kitsch con Camp.
Para ampliar el debate:
Cassellman, William Gordon. "Kitsch," Worlds of the Word, 2009.
Kitsch en Wikipedia alemana e imaginería kitsch en Wikimedia.
Museum für Volkskultur Waldenbuch (Museo de la Cultura Popular, Waldenbuch).
Pazaurek, Gustav Edmund. Geschmacksverirrungen im Kunstgewerbe (Errores del gusto en las artes y la artesanía), Suttgart: Zentralstelle für Gewerbe und Handel - Gutenberg Grüninger Nachf Carl Ernst Klett, 1919.
Rugg, Whitney. "Kitsch," Glossary, University of Chicago, 2002.
Soraja, "Kitsch is a Word of German or Yiddish Origin," Scribd, 12.12.2009.
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KITSCH. Proveniente del dialecto de Bavaria (Alemania, c. 1860-70), el término tiene su origen en el verbo verkitschen, que significando "abaratar" y "arrojar todo junto," se refería tanto a las mercancías como a los desperdicios.[1] Luego, al ser empleado como sustantivo, el término adquirió un sentido peyorativo y pasó a designar todo aquello que posee poco mérito y es arrojado todo junto para satisfacer las aspiraciones del gusto popular.[2] En otras palabras, ordinariez o cursilería. El kitsch es un concepto que agrupa a los productos de poco o ningún valor estético (ya provengan éstos del campo de la artesanía, el arte o el diseño). Kitsch designa hoy a todo objeto barato, pretencioso y de mal gusto. La creación kitsch goza de éxito entre la masa e implica la consagración del sentimentalismo, la vulgaridad y lo banal. Los objetos y adornos kitsch son fabricados para el consumo masivo. Lo kitsch puede ser considerado como una clara señal del estancamiento artístico de una cultura.
Artículos kitsch: porcelana del buen creyente, perrito caniche con moñito a lunares en poliuretano, tarjeta decimonónica con Lohengrin siendo transportado por un cisne, enano de jardín transportando gatito blanco en carretilla, cesta y florerito de murano italiano, Barbie en atuendo dominguero, sillico de alivios modelo "absolutamente monárquico y para todo" y estilizado centro de mesa "pareja de gansos" en cerámica esmaltada y ribetes dorados.
Según Henckmann y Lotter, existen por lo menos cuatro variantes de kitsch (religioso, recordatorio, ornamental y publicitario.[3] Típicamente kitsch son los enanos de jardín, los cisnes-maceteros, las walkirias de las óperas de Richard Wagner, los figurines de porcelana, las réplicas ordinarias de esculturas maestras (plástico que aparenta ser mármol), los almanaques con fotografías de mascotas melosas, los souvenirs (recuerdos sensibleros para turistas), las figuritas aterciopeladas o con brillantina, Las Vegas, los ángeles de cementerio, la imagen religiosa fosforescente, las flores artificiales (plástico o seda), los ornamentos de murano italiano, Isabel Sarli, las calcomanías, Disneylandia, las pedrerías de fantasía, La Chona, las lámparas de efecto psicodélico, el vestuario de ABBA, las melodías de Richard Clayderman, las estatuillas de yeso a ser pintadas en el hogar, Kiss, la música ambiental con temas enganchados para supermercados, los imanes para 'pegar' en la heladera, los tatuajes, Barbie y Mi pequeño pony (ilustrado aquí luego de haber recibido el tratamiento de su imprescindible accesorio).
La apariencia de los miembros del grupo de cantantes suecos ABBA en 1974. Ver la saturación original de los colores en otra toma y cantando en vivo.
Cesars Palace, Las Vegas (Jon Sullivan, 2002)
En decoración (c. 1950-1985), el estilo kitsch tiende a ser sobrecargado y chillón, emplea colores muy saturados (preferentemente rosa chicle, rojo señal, celeste eléctrico, verde manzana y amarillo limón);[4] incorpora a veces texturas de pieles, pero usa materiales sintéticos, rasos y símil-sedas, acrílicos, dorados, plateados y brillos en general; recurre a lo estridente. Busca impresionar y puede bien dejar al espectador con la boca abierta.
Decoralia '70. Diván rojo shocking y música funcional que emerge entonces de parlantes incorporados en mastines acéfalos de acrílico (Bill Casselman).
Sin embargo, lo kitsch puede eventualmente estar destinado sólo para unos pocos y llegar entonces a adquirir una austeridad un tanto opulenta, tal como sucede hoy con el ciclópeo orden aparentemente de oro macizo que sustenta el interior del Burj-al-arab de Dubai. Se trata de un paraíso exclusivo para peces gordos, locales y extranjeros, pero gordos, ostentosamente gordos.
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CAMP. En el arte, lo camp nostálgicamente valora y hace resurgir lo que ya está pasado de moda. Provee así cierta sofisticación pero a partir de la artificialidad, cierto sentimentalismo y afectación. Suele incurrir en la banalidad y la ordinariez.
En inglés, el adjetivo camp designa a lo evidentemente gay, ya en términos de comportamiento, pose o apariencia (que, según el caso, pueden o no involucrar lo sobreactuado, la afectación o lo rimbombante).[5]
La imagen de la derecha fue realizada por Robert Bonfils para uno de los nueve libros de Don Holliday (Victor Vanis), The Man from C.A.M.P., 1966.[6]
Jeff Koons: ¿más allá del kitsch?
El advenimiento de la banalidad (Ushering in Banality), madera policroma (96.5 x 157.5 x 76.2 cm), 1988. Stedelijk Museum, Amsterdam, 1995
Busto burgués, (Bourgeois Bust, Jeff and Ilona), mármol, 1991; Gran florero, madera policroma, 1991; MJ y Burbujas (Michael Jackson & Bubbles), porcelana (106.7 x 179.1 x 82.6 cm), 1988.
La obra de Koons indudablemente se nutre del kitsch. El artista parece habérselo apropiado y de algún modo lo ha transformado.[7] Con todo, la intención de Koons no es clara: ¿deben sus apropiaciones y ulteriores transformaciones del kitsch ser tomadas en serio o en broma?
En un proceder tan cuestionable como sus fuentes de inspiración, Koons transforma objetos kitsch en artículos de lujo. Si bien interesante como ejercicio, la intervención de Koons no es ajena a la continuidad que se da entre la porcelana del buen creyente y el dorado orden ciclópeo del Burj-al-arab.
Koons declara que "hacer arte es como masturbarse."[8] Raramente alguien ha llegado a referirse a su propio quehacer con mayor precisión.
La manzanita nunca cae lejos del arbolito
Siguiendo la escuela de la provocación iniciada por Marcel Duchamp, Koons juega conceptualmente con el arte. Aunque equipare el hacer arte con una masturbación, la estrategia de Koons es original en tanto que constituye una inversión deliberada del típico proceso de producción del kitsch.
El arbolito. El kitsch reproduce una escultura clásica. Considérese por ejemplo el David de Miguel Ángel como fuente de inspiración. Mas lo ejecuta en pequeña escala y lo vuelve así fácilmente transportable. Sustituye el mármol del original por plástico y logra de este modo que la reproducción resulte accesible para muchos. El kitsch complace a la masa.
La manzanita. Koons reproduce un objeto kitsch, tomando por ejemplo un muñeco inflable por modelo. Al ejecutarlo en una escala mucho mayor que la del original, Koons le confiere un aire de monumentalidad e inamovilidad. Y al ser el barato plástico del original reemplazado por costoso acero inoxidable, su réplica resulta accesible sólo para unos pocos. Producida en edición limitada, la obra de Koons es adquirida exclusivamente por multimillonarios. Koons los satisface.
En términos de imaginería, el productor de kitsch tradicional es como Robin Hood, porque les saca a los ricos para darles a los pobres; mientras que Koons encarna al villano: ya que les quita a los pobres para satisfacer a los poderosos.
Y con todo, tanto el ordinario kitsch de consumo masivo como la sofisticada y excluyente producción de Jeff Koons se revuelven en la banalidad, sin llegar a trascenderla jamás.
Referencias
1. Robert Atkins, Art Speak: A Guide to Contemporary Ideas, Movements, and Buzzwords, New York: Abbeville, 1990, p. 94; Paul Robert, Le Petit Robert, París: Le Robert, 1987, p. 1061.
2. J.A. Cuddon, The Penguin Dictionary of Literary Terms and Literary Theory (1977), 4ª ed. revisada, Harmondsworth, Middlesex: Penguin Books, 1999, p. 444; Merriam Webster's Reader's Handbook, ed. Kathleen M. Doerthy and Mary W. Cornog, Springfield, Massachusetts: Merriam-Webster, 1997, p. 280. Véase también el material incluido en el sitio World of Kitsch, 1998-2004.
3. Diccionario de Estética (Lexikon der Äesthetik, 1992, ed. Wolfhart Henckmann y Konrad Lotter, Barcelona: Grijalbo-Mondadori, 1998, p. 148: religioso (devocionarios y ángeles de cementerio), recordatorio (souvenirs), ornamental (enanos de jardín) y publicitario (anuncios y envases).
4. Compárese con Espacio hogar y Mercado libre, 2007.
5. Véase Wordreference, Dictionarist, Wikipedia.
6. Acerca de la obra y su autor, véanse las declaraciones de Banis, su website, Wikipedia y Lynn Munroe, "The Man from C.A.M.P.," List 53, 2002 (Enfanzines).
7. Es por eso que Koons suele ser considerado uno de los maestros del Arte de la Apropiación. En las artes visuales, el término apropiación se refiere al empleo de elementos "prestados" que provienen de un objeto o trabajo de la cultura visual y que son adoptados para crear un nuevo trabajo. Entre los trabajos de apropiación notables figuran los collages cubistas de Pablo Picasso y Georges Braque (1912), el readymade de Marcel Duchamp conocido como La fuente (1917), el surreal Teléfono-Langosta de Salvador Dalí (1936) y varias obras del Pop Art realizadas por Jaspers Jones y Robert Rauschemberg en los años '50 tardíos, entre las que se destaca Monograma (1955-59). Ver Appropiation; Fontaine; Lobster-Telephone.
8. Jeff Koons, hablando acerca de su arte ante una audiencia de estudiantes adolescentes en Dallas, Estados Unidos, en 1991: "Jeff Koons told all the kids that making art was like masturbation" (Dane Larsen, Notes to Jeff Koons, 15.1.2009). En entrevista en 1989, Koons ya asocia al arte con la masturbación; ver Matthew Collings, "Jeff Koons," en Writers on Artists: A Collection of Great Writing on Art ... from the Pages of Modern Painters Magazine, Londres: DK, 2001, pp. 40ff.
Categórica ambigüedad en un sonriente enano de jardín con flamenco-lamparitas encendiéndose al atardecer: Kitsch con Camp.
Para ampliar el debate:
Cassellman, William Gordon. "Kitsch," Worlds of the Word, 2009.
Kitsch en Wikipedia alemana e imaginería kitsch en Wikimedia.
Museum für Volkskultur Waldenbuch (Museo de la Cultura Popular, Waldenbuch).
Pazaurek, Gustav Edmund. Geschmacksverirrungen im Kunstgewerbe (Errores del gusto en las artes y la artesanía), Suttgart: Zentralstelle für Gewerbe und Handel - Gutenberg Grüninger Nachf Carl Ernst Klett, 1919.
Rugg, Whitney. "Kitsch," Glossary, University of Chicago, 2002.
Soraja, "Kitsch is a Word of German or Yiddish Origin," Scribd, 12.12.2009.
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