3.1.14

Max Liebermann

Pionero europeo de la modernidad, 1847-1935.

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Max Liebermann fue un pintor y grabador judeo-alemán, natural de Berlín, conocido por sus estudios naturalistas de la vida y faenas de los pobres, así como también por haber sido el principal defensor del impresionismo en Alemania. Junto con Max Slevogt and Lovis Corinth, Liebermann forma una conocida tríada de destacados pintores alemanes impresionistas. A Max Liebermann en particular se lo considera "Pionero del Modernismo" y se le reconoce el haber introducido los principios del arte moderno en la pintura alemana. Su obra abarca tanto el trabajo rural como los ocios de la burguesía, e incluye además retratos y autorretratos, así como también una serie de pinturas bañadas de luz que el artista realizó del jardín de su casa de Wannsee.


Liebermann, Cervecería rural en Brannenburg, 1893. Musée d'Orsay, París

El artista, su carrera y su legado

Liebermann fue pintor de figuras y paisajes, también dibujante, grabador y litógrafo.

Nacido de padres judíos en una familia acaudalada, Max Liebermann era hijo de un hombre de negocios judeo-alemán, cuyo hogar estaba situado en adyacencia a la céntrica Pariser Platz berlinesa. La ventana del dormitorio de Max poseía vistas hacia la Puerta de Brandeburgo.

Pese a la oposición familiar (se esperaba que Max fuese un hombre de negocios), él optó por la pintura. En 1866, Max Liebermann se matriculó en la facultad de Filosofía de la Universidad de Berlín y, desde ese año y hasta 1868 tomó clases de dibujo en Berlín con Carl Steffeck. Seguidamente, Liebermann estudió en la Escuela de Artes de Weimar desde 1869 y hasta 1872. En dicha escuela, a la que en alemán se conoce como la Kunsthochschule de Weimar, Liebermann tuvo por maestros a Ferdinand Wilhelm Pauwels, Charles Verlat y Paul Thumann.

De 1871 data un viaje a Düsseldorf, en el que Liebermann visitó al pintor Mihály Munkácsy y fue influido por el arte naturalista de dicho pintor húngaro. El marcado realismo y directa simplicidad de la primera obra exhibida por Liebermann, Mujeres desplumando gansos (1872), se caracteriza por su fuerte contraste respecto al romanticismo idealista de moda entonces dominante en Alemania. Al ser exhibido en Berlín, el cuadro le valió Liebermann los epítetos críticos de "discípulo de lo feo" y "apóstol de la fealdad". Según Juan López-Manzanares, tamaños apelativos fueron consecuencia de la cruda influencia estilística de Munkácsy. No obstante, y a pesar de ellos, Liebermann perseveró en su carrera de pintor, dibujante, grabador y coleccionista de obras de arte, carrera que duraría más de cincuenta años.

En 1872, tras acabar sus estudios en la Kunsthochschule de Weimar y desilusionado con la Academia Alemana, el joven berlinés se dirigió a Francia y Holanda, donde conoció y paulatinamente absorbió las diferentes tendencias modernas de la época.

Liebermann visitó por primera vez Francia y los Países Bajos en 1872. Vivió principalmente en París entre 1873 y 1878, visitando durante los veranos Barbizon, cuna del naturalismo, donde un grupo de artistas conocidos como la Escuela de Barbizon había trabajado desde 1830. Liebermann realizó allí estudios y pinturas al aire libre. Allí también frecuentó a Jean-François Millet e incluso estudió los trabajos de Camille Corot, Constant Troyon y Charles-François Daubigny. Seguidamente, en París, se interesó por la obra pictórica de Gustave Courbet, reencontró aquella de Millet, y entró en contacto directo con el impresionismo francés.

Decisivos fueron en el caso de Liebermann sus viajes a Holanda, donde estudió la obra de Frans Hals y el arte de la Escuela de La Haya. Inspirado por la obra de Hals, Millet e Israëls, Liebermann realizó numerosos estudios del natural y pinturas dedicadas a la vida campesina.
Entre 1875 y 1913 Liebermann pasó sus veranos pintando en Holanda. Sus obras de este período incluyen también los orfanatos y asilos para ancianos de Ámsterdam, así como también campesinos y trabajadores alemanes y holandeses.

En 1878 Liebermann regresó a Alemania y se instaló en Múnich, pero su obra no tuvo la acogida esperada y hasta llegó a acusársele de "blasfemo" a raíz del estilo crudamente naturalista de su pintura Cristo a los doce años en el Templo (1879). Sus obras de esa época poseen afinidades con aquella de Wilhelm Leibl, pintor y amigo al que frecuentó en la capital bávara.

Entre 1884 regresó definitivamente a Berlín. Influenciado por el impresionismo, tendió entonces a emplear colores más luminosos y una técnica más libre (semejante a aquella que se desarrolla cuando se realizan bocetos), y ambas aportaron nuevos valores atmosféricos a su obra. En esta época Liebermann realizó algunos de sus cuadros más famosos, entre los que figura Depósito de lino en Laren (1887), pintura emblemática del arte alemán.

La obra de Liebermann ejecutada tras sus visitas a Holanda en 1886 y 1887,que fue cuando estrechó su amistad con Jozef Israëls, da testimonio de una mayor preocupación por la naturaleza y gran capacidad de evocar sentimientos y estados de ánimo.

Lieberman coleccionó pinturas impresionistas y publicó ensayos sobre Manet y Degas. Indudablemente fue la gran atracción que Liebermann sentía por la pintura impresionista francesa la que lo llevó a atesorar una amplia colección de obras de Manet, Degas, Monet y Cézanne. Pero el berlinés no solo formó una importante colección de pinturas impresionistas, sino que además consiguió interesar a la sociedad alemana por el impresionismo.

Hacia 1895, su obra se tornó netamente impresionista y obtuvo entonces un merecido reconocimiento. Se le consideró como líder del nuevo movimiento artístico de Alemania. La exhibición de sus obras en la Gran Exposición de Arte de Berlín de 1897, incrementó además su reconocimiento como artista.

En Berlín, Liebermann se opuso a la rigidez política del arte prusiano oficial y, en 1898, fundó la Secesión Berlinesa (Berliner Sezession), asociación constituida por un grupo de artistas que se oponían a las políticas del arte oficial pero apoyaban estilos académicamente impopulares, tales como lo eran impresionismo y el modernismo (Jugendstil, en alemán). El mismo año, Liebermann fue electo presidente de la Secesión Berlinesa y, entre 1899 y 1911, se desempeñó como su presidente. Liebermann solo dimitió debido a la crisis que se produjo dada su oposición ante las aspiraciones de los expresionistas y primitivistas alemanes. Pero en 1903, asimismo, ya había sido nombrado presidente del Deutscher Künstlerbund y, poco después de 1911, fue designado miembro de la Academia de Berlín, donde, en 1920, fue a su vez electo presidente. Entre 1920 y 1933 se desempeñó como presidente de la Academia Prusiana de Arte (Preussischen Akademie der Künste), la más prestigiosa institución artística de la República de Weimar.

En 1932, consciente de la escalada antisemita que tenía lugar en su país, Liebermann presentó su dimisión.

Un año más tarde, los nazis confiscaron numerosas de sus pinturas pertenecientes a museos alemanes y colecciones privadas hebreas. Le prohibieron exhibir su obra. Con todo, Liebermann siguió pintando hasta 1934; falleció a principios de 1935.

Ninguna obra de Liebermann fue exhibida en las muestras de propagandísticas montadas por la dictadura nazi en 1937. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, las obras de Liebermann fueron y son paulatinamente restituidas a sus respectivos dueños. En Alemania la obra pictórca de Liebermann es exhibida en museos estatales y no pocas muestras le han sido dedicadas en su país natal.

Fases naturalista e impresionista

En su obra inicial, Liebermann eligió para sus composiciones temas preferentemente relacionados con la vida campesina y obrera de los Países Bajos y Alemania.

Elaborando lo que hasta ese entonces había aprendido y dejándolo fluir en su trabajo, Liebermann entró en un territorio temático y estilístico para él nuevo. Su representación de las tareas rurales de los campesinos exentas de anécdotas y referencias históricas o literarias lo expusieron a críticas, incluyendo éstas el epíteto de "pintor de la inmundicia". Pero, más allá de la bien conocida mezquindad de los críticos (ultra-conservadores todos ellos), en obras tales como Las hilanderas de lino (1887), “Liebermann hizo por el arte alemán lo que Millet había hecho por el arte francés”, es decir, representó escenas con trabajos rurales de un modo objetivo y que nada tienen que ver con el sentimentalismo patético ni con la pretensión opulenta y grandilocuente (ambos sumamente apreciados por los teutones decimonónicos, especialmente por los críticos oficialistas).

Como los pintores realistas que admiraba, especialmente Gustave Courbet y Jean-François Millet, Liebermann a menudo pintó trabajadores rurales y escenas de la vida de esa gente. Convencido de que "la pintura ha de ser la exploración del arte y el estudio honesto de la naturaleza", Liebermann guardaba la esperanza de que sus escenas con gente de las clases trabajadoras ayudarían a propulsar reformas sociales.

La predilección inicial de Liebermann por representar apagadas escenas con gente simple y de las clases trabajadoras dio gradualmente paso a un estilo más luminoso y que tiende a reflejar el modo de vida de las clases acomodadas.

Durante la década de 1880 y, especialmente, luego de 1890, Liebermann encontró inspiración en el arte de pintores impresionistas franceses tales como Édouard Manet y Edgar Degas. Entre los artistas franceses que también influyeron en la obra de Liebermann también debe considerarse Paul Cézanne, cuya obra el berlinés coleccionó. Los resultados de tales influencias se tradujeron en una mayor luminosidad en el color y una técnica más intrépida. Liebermann trabajó especialmente la luz y el color. El tema de la obra pasó a ser menos importante para él. Sin embargo, Liebermann mantuvo siempre alguna que otra conexión con la tradición narrativa del arte alemán: de un modo diferente al de los impresionistas franceses, Liebermann nunca llegó a desinteresarse completamente por el tema de sus obras.

El verdadero cambio tuvo lugar en la pintura de Liebermann hacia 1895, momento en el que adoptó el modo de pintar de los impresionistas. Fue precisamente a partir de ese entonces que su paleta se tornó brillante y luminosa. Liebermann abandonó las temáticas del mundo rural en pro de escenas de esparcimiento burgués en playas, balnearios, cafés, paseos, actividades deportivas y espectáculos diversos.

Es importante notar además que Liebermann fue un destacado retratista y realizó numerosos autorretratos. Fue uno de los retratistas más cotizados de la sociedad berlinesa. Para 1890, Liebermann era ya famoso y además el líder artístico en Berlín, ciudad donde trabajó como solicitado retratista y donde también pintó numerosos paisajes.

A partir de 1909 Liebermann ejecutó el resto de su obra en su casa de Wannsee, en las cercanías de Potsdam. Retirado a orillas del lago Wannsee, Liebermann realizó abundantes autorretratos, retratos de su nieta y diversa vistas del jardín de su casa, creando obras de pincelada vibrante y luminoso colorido.

Análisis de su obra

Anciana con gato, 1878 (Getty Museum). En solitud, la anciana es retratada sentada con su ante un muro áspero. Su cabeza está inclinada hacia un lado y sus manos de trabajadora conteniendo al gato comunican el lazo emocional que existe entre la anciana y su mascota. A través de estos gestos, Liebermann aborda el tema, colmándolo de humanidad de un modo sobrio y a la vez conmovedor. Ha retratado a la anciana bajo el efecto de una luz clara y portando ella un vestido rico en color, omitiendo así todo signo de pobreza y evitando todo sentimentalismo innecesario.
Influenciado por los maestros holandeses del siglo XVII, Liebermann estaba fascinado con los temas concernientes a estados contemplativos en particular. También capitalizó las lecciones de los pintores franceses; la ricamente trabajada ejecución de esta pintura refleja el estilo pictórico que aprendió en París a partir de 1873. Anciana con gato fue pintada en Venecia en 1878. Allí había ido Liebermann para recuperarse luego de haberse quebrado una pierna. Capturó la celebrada "luz dorada" de esa ciudad y logró crear una armonía entre los ricos y disparatados colores y texturas de la mujer y el entorno que la rodea.

El blanqueo sobre la hierba, 1882 (Wallraf-Richartz Museum, Colonia). Aunque Libermann conocía el trabajo de los impresionistas franceses, inicialmente mostró reservas con respecto a romper con la tradicional noción de superficie de color y crearlas por medio de pinceladas libres que fueran hechas una junto a otra. Para él, la naturaleza permaneció gris. Creía que el modo correcto de formular atmósferas era a partir del sombreado en vez de considerando los contrastes cromáticos. Pintado en Laren, Holanda, El blanqueo sobre la hierba es una de sus obras maestras y presenta ante el espectador un mundo silencioso, uno en tierras aún bajo el dominio de la agricultura.

Cervecería rural en Brannenburgo, 1893 (Musée d'Orsay, París). Según Hervé Lewandowski, durante su viaje a Italia en la primavera de 1893, Liebermann se detuvo en Baviera, muy cerca de Brannenburgo. Ya en el pasado había hecho un boceto de la cervecería rural de ese lugar, cuando ella se encontraba aún inacabada. A Liebermann le interesaban las mesas de una cervecería, colocadas a la sombra de grandes árboles, a través de los cuales se producían valiosos juegos de luz. En 1893 Liebermann volvió a pintar la cervecería rural pero en un formato más grande y con ejecución mucho más acabada. De ello ha dejado testimonio su colega Erich Hancke, quien frecuentó a Liebermann mientras este último realizaba el cuadro. Hancke observó que Liebermann transporta la composición del boceto original al cuadro empleando el rigor del método de la cuadrícula sobre el lienzo. Sorprendido por el uso de un método que poco y nada tenía de espontáneo y que no parecía corresponderse con a la apariencia final del cuadro, Hancke quedó todavía mucho más sorprendido al escuchar las palabras de Liebermann respecto a las pequeñas figuras que incorporaba en la obra: "Primero se presenta la forma, luego hay que suprimirla".
Lewandowski afirma que el espacio marcado por hileras de árboles atravesados por el sol es prácticamente una constante en la obra de Liebermann. Pero en este caso, agrega, no constituye un tema paisajístico por derecho propio, ya que el pintor ha realizado "una escena rebosante de detalles anecdóticos" característica que lo conecta con su contemporáneo, Adolph von Menzel (1815-1905), con quien comparte en este caso un "agudo sentido de la observación y a su capacidad para reproducir escenas de la vida cotidiana."

RECURSOS

A. Textos consultados

Musée d'Orsay, París. Durante su viaje a Italia, en la primavera de 1893, Liebermann se detiene en Baviera, muy cerca de Brannenburg. En las mesas de una cervecería, colocadas a la sombra de grandes árboles, encuentra el tema de varios de sus cuadros. Este mismo año, el joven pintor Erich Hancke, conoce a Liebermann y descubre la Cervecería rural en Brannenburg todavía inacabada y las obras preparatorias al cuadro. Se trata en particular de un boceto a la tiza negra. Tras haber decido pintar este motivo, Liebermann lo ha "vuelto a dibujar, en un formato más grande y con una ejecución muy contundente [...]. Este dibujo, a su vez, fue trasladado mediante un cuadriculado al lienzo". Sorprendido por un método tan poco espontáneo, que no le parecía corresponderse a las apariencias del cuadro, Hancke lo fue todavía más oyendo hablar al pintor de los pequeños personajes: "Primero la forma debe estar presentar, decía, y luego hay que suprimirla".
En general, el espacio, marcado por hileras de árboles atravesados por el sol, es un tema constante en la obra de Liebermann. Sin embargo, en la época de este cuadro, este motivo no constituía un paisaje puro, sino que se acompañaba como aquí con una escena rebosante de detalles anecdóticos y de movimientos. Esta característica sitúa entonces a Liebermann en la órbita de un Menzel (1815-1905), debido a su agudo sentido de la observación y a su capacidad para reproducir escenas de la vida cotidiana (Hervé Lewandowski).

Neue Pinakothek, Múnich. Born on July 20, 1847 in Berlin where he died as well on February 8, 1935. After his first drawing instruction with Karl Steffeck in Berlin in 1863/64, Liebermann began a course of study at the art school in Weimar. Starting 1871, the influence of the Hungarian painter Mihály von Munkácsy made itself present in his work. Drawn to what was happening in French art, he went to Paris in 1872 and in 1874 to Barbizon in order to make the acquaintance of Jean François Millet. Of decisive importance were his annual trips to Holland, where he intensively studied the works of Frans Hals and the bright palette of the "Hague School". In 1878 Liebermann relocated to Munich, where he came under the strong influence of Wihlem Leibl's style. In 1884 he returned to Berlin and by 1897 finally received much deserved recognition. From 1899 to 1911 he took over the presidency of the Berlin Secession, and from 1920 to 1933 the presidency of the Preussischen Akademie der Künste (Prussian Art Academy). Liebermann, together with Max Slevogt and Lovis Corinth, was one of the trio of leading German Impressionists. His penchant for painting simple working folk ultimately gave way to a more naturalistic style reflected in scenes from the life of the upper class; he was, as well, a popular portraitist.

Wallraf-Richartz Museum, Colonia. Although Max Liebermann knew the French Impressionists, he was initially loath to go so far as to break up the colour surfaces and create them by applying loose strokes side by side. For him, nature remained grey. He believed the correct way to render atmospheres was by shading, rather than colour contrasts. The Bleaching Ground (Die Rasenbleiche) is one of his masterpieces. He painted this ambitious work at Laren in the Netherlands. Coming from Berlin, he found there the peace he desired, and a world still under the sway of farming.

Encyclopædia Britannica. Max Liebermann, (born July 20, 1847, Berlin, Ger.—died February 8, 1935, Berlin), painter and printmaker who is known for his naturalistic studies of the life and labour of the poor. He was also the foremost proponent of Impressionism in Germany.
After studying under the painter Carl Steffeck from 1866 to 1868, Liebermann attended the Weimar Art School from 1868 to 1872. The straightforward realism and direct simplicity of his first exhibited picture, Women Plucking Geese (1872), presented a striking contrast to the romantically idealized art then in vogue. This picture earned him the epithet “disciple of the ugly.” Liebermann spent the summer of 1873 at the village of Barbizon, near Paris, where a group of landscape painters known as the Barbizon school had been working since the 1830s. There he became acquainted with one of the leaders of the Barbizon school, Jean-François Millet, and studied the works of Camille Corot, Constant Troyon, and Charles-François Daubigny.
In 1878 Liebermann returned to Germany, living at first in Munich and finally settling in Berlin in 1884. From 1875 to 1913 he spent summers painting in the Netherlands. During this period he found his painting subjects in the orphanages and asylums for the elderly in Amsterdam and among the peasants and urban labourers of Germany and the Netherlands. In works such as The Flax Spinners (1887), Liebermann did for German painting what Millet had done for French art, portraying scenes of rural labour in a melancholy, yet unsentimental, manner.
After 1890 Liebermann’s style was influenced by the French Impressionist painters Édouard Manet and Edgar Degas. As Liebermann focused on Impressionist concerns of light and colour, subject matter became less important for him. However, he maintained a connection to the narrative tradition of German art, and thus, unlike the French Impressionists, he never became completely detached from subject matter. In 1899 Liebermann founded the Berliner Sezession, a group of artists who supported the academically unpopular styles of Impressionism and Art Nouveau. Despite his association with the antiestablishment Sezession, he became a member of the Berlin Academy, and in 1920 he was elected its president. In 1932 the Nazis forced him to resign from his position.

El Poder de la Palabra. Pintor y grabador alemán, natural de Berlín. Se formó artísticamente en la universidad de su ciudad natal, en la Escuela de Bellas Artes de Weimar y con el pintor francés Jean François Millet en Barbizon, Francia. Eligió con preferencia en sus composiciones temas de la vida campesina y obrera de los Países Bajos y Alemania. En la década de 1880 recibió la influencia del pintor francés Edouard Manet y de los impresionistas. Los resultados de esta última influencia se tradujeron en una mayor luminosidad en el color y una técnica más intrépida; se le consideró como el líder del nuevo movimiento artístico en Alemania. En 1920 Liebermann fue elegido presidente de la Academia de Berlín, hasta que en 1933 el gobierno nazi le forzó a presentar su dimisión (M.E.).

Tate. German painter of portraits, figures and landscapes; etcher and lithographer. Born in Berlin of Jewish parents. Studied under Steffeck 1866-8 and at the art school in Weimar 1868-72. First visited Paris and Holland in 1872, then lived mainly in Paris 1873-8, with visits in the summers of 1874-5 to Barbizon and afterwards to Holland; influenced by Hals, Millet and Israels, and made studies from nature and paintings of peasant life. Moved in 1878 to Munich and in 1884 to Berlin. After 1890 was somewhat influenced by French Impressionism, tending to use lighter colours and a sketchier, more atmospheric technique. He later collected Impressionist pictures and published essays on Manet and Degas. An exhibition of his work as part of the Grosse Berliner Kunstausstellung in Berlin in 1897 led to increased recognition, and in 1899 he was made President of the Berlin Secession. From 1909 worked mainly in and around his country house at Wannsee, near Potsdam. President of the Prussian Academy 1920-33, but compelled to resign his numerous honours after the rise to power of the Nazis. Died in Berlin (Ronald Alley, Catalogue of the Tate Gallery's Collection of Modern Art other than Works by British Artists, London: Tate Gallery and Sotheby Parke-Bernet, 1981, p. 439).

Getty Museum. When Max Liebermann exhibited Women Plucking Geese in Berlin, critics branded him an "apostle of ugliness." So began his career as a painter, draftsmen, printmaker and collector, spanning more than fifty years.
The son of a German Jewish businessman, Liebermann began his art studies in 1866. Like the Realist painters he greatly admired--especially Gustave Courbet and Jean-François Millet--Liebermann often painted rural laborers and scenes of everyday life. Believing that "painting should be the exploration of art as the honest study of nature," Liebermann hoped that his unflinching depictions of the working classes would bring about social reform.
Liebermann was the leading artist in Berlin by the early 1890s. He became a much sought-after portraitist and also painted landscapes. Liebermann also amassed an important collection of Impressionist paintings and brought new attention to Impressionism in Germany. In 1920, he was appointed president of the Prussian Academy of Art, the highest artistic institution of the Weimar Republic. In 1932, after Nazi attacks on him intensified, Liebermann resigned this post. A year later, the Nazis began confiscating his paintings from museums and private collections.
An Old Woman with Cat, 1878. An old woman sits alone with a cat in front of a rough wall. Her head bowed to the side and her large coarse hands gently embracing the cat emphasize the emotional bond between the woman and her pet. Through such gestures, Max Liebermann filled the subject with his own understated and affecting humanity. He depicted the woman in bright light and wearing a richly colored skirt, thus omitting obvious signs of poverty and avoiding an unnecessary display of sentimentality.
Influenced by the Dutch Masters of the 1600s, Liebermann became fascinated with themes that concerned contemplative states. He also absorbed the lessons of French painters; his richly worked execution of this painting reflects the painterly style he learned in Paris in the 1870s. The Old Woman with Cat was painted in 1878 in Venice, where Liebermann went to recuperate after breaking his leg. He captured that city's famous golden light to harmonize the rich and disparate colors and textures of the woman and the setting.

Nueva York, The Jewish Museum, Max Liebermann: From Realism to Impressionism, March-July 2006.
Max Liebermann (1847-1935) was one of Germany's most renowned cultural figures. His dominant presence was particularly evident at the turn of the last century, first with his naturalist painting of common workers, which gained him immediate notoriety, and soon thereafter as he introduced modern (mostly French) art to Germany. "As both painter and collector," as Mason Klein has noted, "he helped bring German art into the 20th century." Yet, much of his work is not familiar to American audiences. From March 10 through July 30, The Jewish Museum will present a retrospective of approximately 45 of Max Liebermann's paintings organized by the Skirball Cultural Center in Los Angeles. This presentation will follow the debut of Max Liebermann: From Realism to Impressionism at the Skirball Cultural Center. The goal of The Jewish Museum's presentation of the exhibition, coordinated by Mr. Klein, who is associate curator of fine arts at the Museum, is to understand better how Liebermann's Jewish identity informed his aesthetic choices. "While Liebermann," Klein notes, "has long been thought to represent the first generation of emancipated Jewish artists in Germany, his art does reflect his equivocal status in German society as a Jew." The exhibition will examine the relationship between stylistic changes in Liebermann's art and the changing social and political climate in which the artist lived and worked. German-French antipathy, which came to a head militarily in the Franco-Prussian War (1870-1871) is one example; as a Francophile, he had to combat anti-French bias throughout this period. Another key development was the creation of a unified Germany in 1871, in which a new constitution emancipated Jews and gave them full rights as German citizens. Klein asserts that Liebermann, as a member of a wealthy Berlin Jewish family, exemplified his social class and its embrace of Bildung, or high culture. Writing in the catalogue produced for the Skirball show, Klein identifies a driving force in Liebermann's life: "The preservation of these [bourgeois] ideals was more real to him than religion. It also underlay the aesthetic and ideological contradictions inherent in his work--his dream of assimilation and his quest for artistic independence in the name of individualism." The show features a celebrated painting, The Twelve-Year-Old Jesus in the Temple (1879). It is one of the few Liebermann works focusing on a religious subject, and the painting provoked a controversy: it was debated in the Bavarian Parliament and condemned as blasphemous and anti-Christian. Liebermann's reaction to the uproar was to alter the painting, transforming an objectionable "too Jewish looking" Jesus into an Aryan depiction more characteristic of contemporary German tastes. This painting has never been seen before in the United States and was not included in the Skirball show. The first exhibition on Liebermann in the United States, this retrospective conveys the breadth of the artist's output. After creating what Klein terms a "hybrid naturalism" in the 1880s--in which he produced idealized paintings of community, work and the social collective--Liebermann moved from the early 1890s toward Impressionism. Now he chose to portray leisure scenes from his social class: strolling in the park, sitting in cafés, horseback riding or playing tennis. In 1898, Liebermann was elected president of the Berlin Secession, an artists' association promoting modern art and formed as an alternative to conservative exhibition and patronage policies. As its leader, Liebermann was responsible in great part for introducing Impressionism to Germany. "In many ways," Klein asserts, "he worked to break down the repressive cultural standards of his time."The exhibition also incorporates self-portraits; from 1902 until the year of his death in 1935, Liebermann created 46 of them. Suzanne Schwarz Zuber, who created a comprehensive chronology for the Skirball catalogue, comments that in choosing himself so often as subject, Liebermann sought "to validate himself, solidifying his position in German society, despite constant reminders that he would never lose the stigma of ethnic difference."The show concludes with impressionistic scenes of Liebermann's garden at Wannsee. Liebermann received scathing criticism throughout his career. In his early Naturalist phase, when his paintings focused on working people and conferred upon them an unprecedented dignity, he shocked some audiences and was called a "painter of filth" and an "apostle of ugliness." He was frequently attacked as a promoter of Impressionism; in 1905, he was vilified as "anti-national." Yet, by the end of his career, the artist had been accorded honor after honor, culminating in his election as president of the Prussian Academy of Arts. The rise of the Third Reich ended his career, and forced him to awaken from what he termed a "beautiful dream of assimilation."

Hamburgo, Hamburg Kunsthalle, Max Liebermann: Pioneer of Modern Art, September 2011 - February 2012.
Max Liebermann (1847-1935) is credited with introducing Modernism to German painting. [...] Disillusioned by German academia, the young Berliner turned to France and Holland where he immersed himself in the progressive trends of the day. Liebermann studied outdoor painting in Barbizon, the cradle of naturalism; in Paris he came into contact with French Impressionism and in Holland he met supporters of The Hague School. In taking what he absorbed there and allowing it to flow into his work, Liebermann entered new territory both stylistically and in terms of subject. Liebermann's rendition of simple rural labor without literary and historical references drew harsh criticism at first, eventually culminating in the epithet "filth painter." In Berlin, Liebermann became the engine of an oppositional movement opposing the Prussian-Wilhelmine art policy. [... His paintings] range from rustic, rural subjects to depictions of bourgeois leisure activity to his unerring portraits and the late, color-drenched garden paintings. [Among ...] Liebermann's influences [are Mihaly Munkácsy, Adolph Menzel, Paul Cezanne and Auguste Renoir (Jenns Howoldt).

Artelista. "Max Liebermann: Pionero del Modernismo". A Max Liebermann (1847-1935) se le atribuye la introducción del Modernismo en la pintura alemana. [... Sus] obras representan desde objetos rurales, descripciones del ocio de la burguesía y retratos hasta paisajes bañados de color. Las [...] obras de Liebermann [presentan] claras influencias de Mihaly Munkácsy, Adolph Menzel, Paul Cézanne y Auguste Renoir.
Desilusionado con la academia alemana, Liebermann se fue a Holanda y Francia donde se sumergió en las tendencias de la época: en París entró en contacto con el Impresionismo y en Holanda conoció a los miembros de la escuela de La Haya. En Berlín se convirtió en opositor a la política de arte prusiana-wilhelmina.

Museo Thyssen-Bornemisza. Max Liebermann se matriculó en la facultad de Filosofía de la Universidad de Berlín en 1866, estudios que compaginó con clases de dibujo en el taller de Karl Steffeck. En 1869 ingresó en la Kunsthochschule de Weimar, teniendo por maestros a Ferdinand Wilhelm Pauwels, Charles Verlat y Paul Thumann. De 1871 data un viaje a Düsseldorf, junto a Theodor Hagen. En él visitó al pintor Mihály Munkácsy, quien influyó en sus primeras obras naturalistas que le valieron el apelativo de « apóstol de la fealdad ». Un año más tarde, en 1872, tras acabar sus estudios en la Kunsthochschule de Weimar, viajó a París donde se interesó por la obra de Gustave Courbet y Jean-Francois Millet. Liebermann residió en la capital francesa entre 1874 y 1878. Asimismo, aprovechó los veranos para viajar a Holanda, donde copió la obra de Frans Hals. Trasladado a Múnich en 1878, su pintura no tuvo la acogida esperada, e incluso se le acusó de « blasfemo » por pintar su Cristo en el templo (1879) en un lenguaje crudamente naturalista. Sus obras de esa época revelan la influencia de Wilhelm Leibl, uno de los pocos pintores a los que frecuentó en la capital bávara. De regreso a su ciudad natal, en 1884, Liebermann realizó algunos de sus cuadros más famosos, como Depósito de lino en Laren (1887), pintura emblemática del Naturalismo alemán.
La obra de Liebermann de fines de los años ochenta -llevada a cabo a raíz de sendas visitas a Holanda en 1886 y 1887, en las que estrechó su amistad con Jozef Israëls- muestra una mayor preocupación por la naturaleza y su capacidad para evocar sentimientos y estados de ánimo. El verdadero cambio en su pintura no sobrevendría, sin embargo, hasta 1895, momento en el que adoptó el modo de pintar impresionista. A partir de entonces su paleta se tornó más brillante y luminosa, y abandonó los asuntos del mundo rural en pro de escenas de esparcimiento burgués en playas, balnearios, espectáculos, etc. Su atracción por la pintura impresionista francesa le movió, además, a atesorar una amplia colección de obras de Manet, Degas, Monet y Cézanne. La fama de Liebermann no se hizo esperar. Pronto se convirtió en uno de los retratistas más cotizados de la vida intelectual berlinesa. En 1898 fue nombrado presidente de la Berliner Secession, cargo que desempeñó hasta 1911, cuando la crisis generada por su oposición hacia el Expresionismo alemán le impulsó a dimitir. En 1903, asimismo, fue nombrado presidente del Deutscher Künstlerbund y en 1920 presidente de la Akademie der Künste.
Retirado los últimos años de su vida a orillas del lago Wannsee, Liebermann realizó abundantes autorretratos, retratos de su nieta y vistas del jardín de su casa, en cuadros de pincelada vibrante y luminoso colorido. Tras sufrir el acoso nazi, Liebermann murió en su Berlín natal el 8 de febrero de 1935 (Juan. Á. López-Manzanares).

El Mundo. ¿Fue un dulce y despreocupado impresionista o un pintor socialista de barricada? Alemania se proponía rendir culto a Max Liebermann, figura de la elite artística de su siglo XIX con una gran retrospectiva en el Bundeskunsthalle de Bonn y otra exposición más íntima y cuidada en Wannsee, lago berlinés junto al que se retiró Max Liebermann huyendo de los ojos de los nazis. Pero la crítica alemana está siendo muy dura con estas dos muestras por los vacíos que percibe en sus catálogos, en los que faltan las obras de denuncia.
La muestra de Bonn se centra en las muchas variaciones sobre jardines y granjas que pintó Liebermann, que llegó a realizar unos 200 cuadros con esta temática. En Wannsee se exponen las marinas, imágenes de la costa holandesa que pintaba durante sus fieles estancias veraniegas entre 1871 y 1914. Juntas, aspiran a ofrecer una visión enciclopédica de la obra de Liebermann como "precursor de la modernidad", tal y como ha reconocido Robert Fleck, director del museo de Bonn. "Recorremos cronológicamente todas las etapas de su trayectoria pictórica, así como todas las técnicas que empleó, óleos, dibujos y grabados, y se extiende asimismo por las terrazas superiores del museo, convertidas en un jardín inspirado en sus cuadros", explica Fleck, al que los críticos de arte alemanes acusan, sin embargo, de haberse limitado al Liebermann más tedioso, evitando las obras en las que el artista denunciaba las duras condiciones de vida de los campesinos y del personal de servicio.
El diario 'Tagesspiegel' ha calificado la exposición como "un paseo por el jardín" y ha señalado ausencias notables en el catálogo y títulos de obras que duermen en los almacenes de ambos museos y que merecían, a juicio de su director de Cultura, formar parte de la exposición. Entre ellas figuran 'Los surcos' y 'La reparación de las redes', pintados en torno a la Exposición Universal de París y que se empeñó en comprar para los museos estatales alemanes, en 1889, el por el entonces director general de las colecciones nacionales Wilhelm von Bode. La crítica considera que son imágenes clave de la obra de Liebermann.
Los museos se defienden, alegando que el objetivo de estas exposiciones era subrayar que, desde la perspectiva actual y desde un punto de vista técnico, el artista fue un adelantado de su tiempo, en tanto que precursor del impresionismo francés, además de un arquetipo y representante de la elite ilustrada judía a la que la llegada de Adolf Hitler al poder, en 1933, colocó ante el dilema del exilio o la persecución nazi. Murió en 1935 y solamente en los años 60 comenzó a recuperarse su obra pictórica.
Max Liebermann nació en un hogar privilegiado. La ventana de su dormitorio infantil, en la céntrica Pariser Platz berlinesa, ofrecía vistas a la Puerta de Brandemburgo. Pese a la oposición familiar, que había planeado para él la formación propia de un hombre de negocios, optó por la pintura y, quizá ayudado por su posición social, llegó a ser presidente de la Academia Prusiana de Bellas Artes. Desde ese puesto aprovechó para promover los nuevos movimientos artísticos que burbujeaban entonces en Berlín, tanto en tiempos del Kaiser como durante la República de Weimar, hasta que los nazis decidieron poner fin a esa situación y lo echaron de todos sus cargos públicos (Rosalía Sánchez, "Indignados por Max Liebermann: La conmemoración oficial del pintor alemán elude sus obras de denuncia", El Mundo, España, 2.6.2011, Arte: Denuncia; ilustraciones: fragmentos de Polospieler in Jenischs Park y de Trabajadores de la remolacha).

GHDI, German History in Documents and Images. "Max Liebermann, The Twelve-Year-Old Jesus in the Temple [Der zwölfjährige Jesus im Tempel] (1879)". In its original form, this painting by Max Liebermann (1847-1935) produced the greatest art scandal of the Bismarckian era. The trouble began during Munich’s First International Art Exhibition in 1879 – that is, when a wave of antisemitic agitation and propaganda was just beginning to break over Germany. The art critic for the Augsburger Allgemeine Zeitung, Friedrich Pecht, declared that Liebermann had painted “the ugliest, know-it-all Jewish boy imaginable,” adding that the artist had shown the Jewish elders as “a rabble of the filthiest haggling Jews.” German feelings, Pecht believed – and others concurred – had been offended by this blasphemous painting. Not long thereafter, Pecht’s critique was cited in debates in the Bavarian state parliament, where one deputy declared that Liebermann [himself a Jew] should have known better than to paint this scene; and the painting was reviled as a stench in the nostrils of decent people. That Liebermann was not only a Jew but also a Prussian liberal did not sit well either. The antisemitic leader of the Christian Social Party, Court Preacher Adolf Stöcker, directed a hail of invective against the artist, whose nationalist credentials were not enhanced in 1881 when he became the first German artist since the Franco-Prussian War of 1870-71 to receive an award from a great salon of Paris. Liebermann’s painting, which quickly became a cause célèbre, pitted antisemites and traditionalists against other progressive painters of the day, including Wilhelm Leibl, Franz von Lenbach, and Fritz von Uhde (the latter bought and kept the painting until 1911).
If Friedrich Pecht’s description of Liebermann’s Jesus seems ill-suited to the long-haired, slightly effeminate, blond boy featured in the present canvas, then this is because Liebermann, in response to critical outcry, repainted the figure before it was included in a Paris exhibition in 1884. Fortunately, a sketch of the untouched 1879 version has been preserved, so we know that Liebermann had originally depicted a barefoot boy with short, unkempt dark hair and a stereotypical Jewish profile. In the sketch, the boy gestures assertively and assumes a provocative stance as he argues with the Jewish elders. In the reworked version, shown here, Liebermann changed the young Jesus’s appearance. The figure once described as an “urchin” now appears as a serious, intelligent – perhaps slightly deferential – child. Nevertheless, this dramatic change won over virtually none of Liebermann’s earlier critics. The painting was not exhibited again until the Berlin Secession exhibition of 1907. (Beth Irwin Lewis, Art for All? The Collision of Modern Art and the Public in Late-Nineteenth-Century Germany, Princeton: Princeton University Press, 2003, pp. 46-51).

B. Pinturas online
1865-1934. Athenaeum, 199 obras en 2 páginas
1878. An Old Woman with Cat
1879. The Twelve-Year-Old Jesus in the Temple
1882. The Bleaching Ground
1882-1904. Epdp
1888-1934. Tate
1890. Woman with Goats in the Dunes
1921. The Flower Terrace in the Wannsee Garden, facing northwest
1884-1932. Hamburger Kunsthalle
1914. Kriegszeit

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