« Dime cómo hablas y te diré quién eres », le respondió Guardalenguas.
Las nuevas palabras, según Roberto Fontanarrosa (c. 2005-6)

Durante muchos años los Argentinos estuvimos hablando en prosa, sin saberlo.
Y de lo que todavía es peor, de lo atrasado que estábamos, sin darnos cuenta.
Los chicos leían revistas en vez de "comics", los jóvenes hacían asaltos en lugar de "parties", los estudiantes pegaban carteles sin saber que eran "posters", los empresarios hacían negocios en vez de "[business]" y los obreros (tan ordinarios ellos) al mediodía le traían la vianda en lugar de usar "lunchera".
Yo en la escuela hice muchas veces "aerobics" pero en mi ignorancia pensaba que estaba en clase de gimnasia.
Afortunadamente todo esto cambió, Argentina hoy es un país moderno, y a los argentinos se nos nota el cambio... exclusivamente cuando hablamos.
¡Y eso es muy importante! Cuando estudiábamos para un parcial decíamos "estoy hasta las bolas" cuando en realidad estábamos "a full".
Cuando decidíamos parar un ratito, nos comíamos un sanguchazo, sin saber que en realidad habíamos hecho un "break".

Ya no tenemos centros comerciales, son todos "shoppings".
Adoptamos incluso nuevas palabras, lo que habla de nuestra extraordinaria apertura y capacidad para superarnos. Ahora ya no decimos facturas sino "cookies", que suena más fino, ni tenemos sentimientos sino "feeling[s]" que son mucho más profundos.
Y de la misma manera sacamos "tickets", usamos "kleenex", compramos "compact", comemos "sandwichs", hacemos "footing", vamos al "pub" y los domingos, cuando pasamos el día en el campo, hacemos "camping".
Y todo ello con la mayor naturalidad y sin darle mayor importancia.
Los carteles que anuncian rebajas dicen "20% OFF", y cuando logramos meternos detrás de algún escenario, hacemos "backstage".

En la oficina ya no tenemos jefes sino "boss", que está siempre en "meeting" con los "public relations", o tal vez haciendo "[business]" con su secretaria.
Y la secretaria, capaz que vive en un barrio de mierda, pero se la pasa haciendo "mailing", y cuando sale del trabajo se va a hacer "[fitness]" y "aerobics"

Desde hace algún tiempo los importantes son "vips", los auriculares "walkman", los puestos de venta "stands", y las niñeras "[baby-sitters]".
Y por supuesto, ahora ya no pedimos perdón, decimos "sorry", y cuando vamos al cine comemos "pop-corn" ([que es] más [rico] si [lleva] "butter").
Y para culminar, una frase que [lo] resume todo. Como dijo Inodoro Pereyra:
« ¿Vió Mendieta? Ya no quedan más domadores, ahora todos son "Licenciados en problemas de conducta de equinos marginales". »
Espero que le[s] haya gustado - "my friends".

En vos está cambiarlo.
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* NdE. La presente es una versión con correcciones menores; evita errores ortográficos innecesarios y que constituirían aquí una doble-transgresión. Ediciones Publificando lo Impublificable - Todas las trasgresiones registradas.
« Yo vengo de una familia en la que cada miembro de algún modo dañaba a los demás. Luego, arrepentido, cada uno de ellos se dañaba a sí mismo. » Vito Corleone, en El padrino (1969).

Evidentemente no todo es bello, ni bueno, ni verdadero. Pero tampoco tiene por qué ser sólo feo, malo y falso. Claro que no: entre ambas tríadas descolla lo Grotesco. Masas enteras de la así-llamada "humanidad," gustan revolcarse hoy en la más filosa de las grotesquidades.

Así, el para "nada moderno y muy siglo XX" de Ortega y Gasset gradualmente es eclipsado por lo que los revolcantes bien podrían llamar La grotesquidad nuestra de cada día.
Dado que la pone en evidencia y nos hace reflexionar acerca de la misma, saludable entonces resulta el efecto del Humor de Fontanarrosa.
Ref. neologismos, extranjerismos, modismos, moda, capricho, frivolidad, desinformación, ignorancia, prejuicio, discriminación, falta de autoestima, conformismo, claudicación, servilismo, destructividad, sarcasmo, humor.