Cachorro: ¿enemigo público número uno? |
Entartete Kunst es una expresión apropiada por los nazis en los años '30 y que en la lengua alemana significa "arte degenerado." Los nazis la aplicaron con propósitos de propaganda político-racista, haciéndola parte de su programa de adoctrinamiento de masas.
Mas la expresión en cuestión es casi un neologismo, ya que hasta el momento en que los nazis la emplearon, el alemán poseía solamente el término Entartung (degeneración). Los referentes literarios de Entarte Kunst se hallan en escritos críticos de fines del siglo XIX, pero la expresión "Entarte Kunst" es de hecho una fabricación relativamente reciente.[1]
Degeneración es un término empleado en biología para referirse al estado de lo que degenera o al paso de un estado a otro inferior.
En conjunción con arte, el calificativo "degenerado" despierta asociaciones negativas, tanto en lo físico como lo moral: degenerado implica decadente, desviado, descarriado, corrompido, desenfrenado, pervertido, depravado, vicioso, indecente, despreciable.
Degenerado acaso resulte útil como término descriptivo en el área de la ciencia empírica, pero su uso en el arte no es más que un mero juicio de valor.
Históricamente, Hitler logró llegar al poder en 1933, beneficiándose de la enorme crisis económica que se hacía sentir en Alemania una vez ese país fue derrotado tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Buena parte del arte producido durante y luego de la Primer Gran Guerra transmitía las ansiedades y temores que sentían los alemanes. Tal arte era a menudo ácido y desesperanzado. Mas en tiempos de pre-guerra, e incluso durante la ya mencionada guerra, algunos artistas crearon también obras que aspiraban a una realidad mejor y comunicaban cierta esperanza.
La crítica se podía percibir por ejemplo en la obra de Otto Dix, quien a través de ella denunciaba con sarcasmo la decadencia de su época y se pronunciaba contra la guerra, representando a los soldados mutilados que ella producía.
El aspecto esperanzado encontraba su expresión, por ejemplo, en las pinturas de Franz Marc y adquiría un carácter moderno y funcional en los diseños provenientes de la Bauhaus.
Artista vienés mimético y conservador, Hitler, jamás reconocido y siempre frustrado, indudablemente celaba la libertad y fuerza expresiva de los creadores artísticos de su época, quienes algunas veces, a diferencia de él, sí conocían el sabor del éxito.
Los artistas de vanguardia producían un arte de corte experimental. Seguían los pasos de Van Gogh y Gauguin, quienes en el siglo XIX habían logrado deshacerse de las restricciones que implicaba el arte mimético (arte que imitaba el mundo material, corpóreo y visible) dando lugar a la libertad del artista, especialmente en lo que concierne a la forma y el color. A diferencia de la narración, tanto la forma y el color son dos elementos intrínsecos del arte visual.
En el siglo XX, los artistas de vanguardia habían comprendido e internalizado tales nociones y producían entonces obras en las que el apasionado verismo de Van Gogh junto a el primitivismo expresivo de Gauguin eran recreados y capitalizados en el arte a través del uso libre de la forma y el color. Consecuentemente, los artistas de vanguardia (es decir, artistas modernos) no buscaban para nada reproducir la realidad del mundo material y visible, cosa que sí hacía Hitler.
Bajo el régimen de Hitler el arte debía someterse a los dictados partido nazi y no ser nada más que un medio que comunicase los intereses del mismo. Antes de conducir a Alemania a una guerra que la dejaría literalmente en ruinas, los nazis proclamaron con insistencia que la "superioridad racial" de los blancos nórdicos "puros" no podía sino conducirlos a ser los "amos del mundo".
El régimen de Hitler fue autoritario, racista y belicoso.
Con la llegada de Hitler al poder, los principales creadores alemanes no dudaron en abandonar el país.
De las obras de arte moderno que se encontraban en Alemania, exactamente 16.558 fueron confiscadas por los nazis. Algunas de ellas obras fueron seleccionadas y presentadas públicamente como "ejemplos de degeneración." Entartete Kunst fue una muestra organizada para comunicar la supuesta "irrelevancia" de la Libertad.
Las deformaciones artísticas y el uso libre del color propio de los artistas de vanguardia fueron intencionalmente exhibidos como "sintomáticos" de la supuesta falta de talento, locura y/o degeneración de sus autores.
Una vez terminada la exhibición de arte "degenerado", los nazis subastaron en Suiza las obras de arte moderno que previamente habían confiscado o usurpado por la fuerza. Cuando no lograron rematarlas, entonces las destruyeron: unas 5000 obras fueron incineradas en Berlín en 1939.
Los nazis confiscaron de los museos alemanes y de colecciones privadas obras de arte moderno que calificaron de "material peligroso" para la nación alemana ya que, según ellos, transmitían valores opuestos a los del régimen.[2]
Pero el nazismo exhaltaba no solo la "pureza" racial sino además el conformismo automático y la sumisión absoluta e incondicional del individuo al régimen nazi.
Indudablemente, la libertad de expresión no formaba en lo absoluto parte del programa nazi. Debido a ello todo artista libre y pensante fue sistemáticamente tildado como "enemigo" del partido.
Las bases del arte moderno descansan sobre la libertad de expresión que arduamentelos artistas lograron conquistar gracias a la Revolución Francesa (1789), cuyos valores son enunciados en la célebre tríada "Libertad, Igualdad, Fraternidad."
El arte moderno se gestó a partir de los principios de la Revolución Francesa. De naturaleza universal, tales valores fueron desde el vamos entendidos como derechos inalienables de las personas.
Los nazis sentían profunda aversión por todo ello y en particular por el arte moderno, es decir, por cualquier manifestación artística independiente y de vanguardia.
Entartete Kunst fue el nombre de una exposición itinerante con propósitos propagandísticos organizada por los nazis en Múnich en 1937 y luego en otras tantas ciudades (Berlín, Leipzig, Düsseldorf, Weimar, Halle, Viena y Salzburgo). La muestra incluía 650 obras de arte moderno realizadas por más de cien artistas de vanguardia y entre ellos figuraban Franz Marc, Pablo Picasso, Wassily Kandinsky, Piet Mondrian, Otto Dix, Karl Schmidt-Rottluff, Edvard Munch, Meidner, George Grosz, Oskar Schlemmer, Joan Miró, Ludwig Kirchner, Emil Nolde, Heckel, Lasar Segall, Max Beckmann, Marc Chagall, Jean Metzinger, Laszlo Moholy-Nagy, Kurt Schwitters, Paul Klee, Hofer, El Lissitzky, Oskar Kokoschka, Lovis Corinth y Max Ernst.
Los movimientos condenados por los nazis abarcaban prácticamente todas las corrientes de vanguardia artística de la época: impresionismo, posimpresionismo, fauvismo, expresionismo, cubismo, abstracción, bauhaus, nueva objetividad, pintura metafísica, dadá y surrealismo.
Intencionalmente, las obras de arte moderno fueron exhibidas por los nazis caóticamente y acompañadas ya por citas que las ridiculizaban o comentarios despectivos que introducían al arte moderno como algo absurdo y patológico.[A] Así, obras de vanguardia eran mostradas como si fuesen producto de enfermos mentales o individuos ideológicamente nefastos, quienes según los nazis debían ser extirpados de la sociedad alemana.
Con ánimos de poner en evidencia la supuesta "degeneración" que implicaba el arte moderno, el programa de la muestra comparaba no pocos retratos ejecutados por artistas modernos con fotografías de individuos enfermos y que padecían patologías impresionantes, extremas e incurables.
Favorito de Hitler, Ziegler introdujo la muestra de arte "degenerado" en 1937 recalcando que "lo que están viendo son los productos enfermos de la locura, la impertinencia y la falta de talento."
En Múnich, "Arte Degenerado" fue presentado paralelamente a la "Gran Exposición de Arte Alemán," que celebraba los trabajos oficiales del régimen nazi. Pero ésta última solo fue vistada por menos de la quinta parte de la cantidad total de personas que asistieron a la muestra de arte "degenerado".[3]
Ambas muestras fueron montadas para ser asimiladas fácilmente por un público lego y sus respectivos mensajes eran presentandos como verdad incontestable. Si bien es cierto que, como reza un conocido refrán, "al que no sabe, cualquiera lo engaña" y "al que no tiene, cualquiera lo compra", ante las muestras organizadas por los nazis, muchos de los visitantes no lograron comprender el mensaje ideológico de tales gestos propagandísticos. Curiosamente, tales personas se quedaron en el "me gusta" o "no me gusta", cosa que les impidió captar el real propósito contrapuntual de las muestras. Porque la razón de ser de esas exposiciones no tenía que ver con asunto estético ninguno sino que era una mezcla de panfletarismo tendencioso y promoción partidaria. Se intentaba presentar el arte en términos antagónicos y extremistas, partiendo de un punto de vista crudo y dicotómico. En efecto, la concepción nazi del arte no era simple, era superficial y simplista.
Los trabajos celebrados por los nazis no eran necesariamente siempre malos en su calidad como forma plástica, no. Sin embargo, y más allá de su posible esteticidad, el problema real era que habían sido realizados por artistas del siglo XX quienes (sea como fuere) terminaron por entregarse y someterse completamente a los dictados del régimen nazi, para ajustarse a los dictados del mismo y reflejar en sus trabajos las premisas de dicho partido. Y, el régimen nazi era, como dijimos, autoritario, racista y belicoso. Pero además era discriminatorio y oportunista.
La "gente" representada en los trabajos encomendados por los burócratas del régimen nazi tendía a ser un conjunto de figuras idealizadas en actitudes más o menos heróicas, aunque a veces también ridículas, afectadas y/o presuntuosas. Tales figuras respondían a aquello que los nazis llamaban el "tipo racial" nórdico, es decir, la "raza aria" destinada, según ellos, a imponer su voluntad innata y dominar el mundo, con mano de hierro.
Es precisamente por eso que las muestras preparadas por los nazis no eran realmente "exposiciones de arte" sino verdaderas herramientas de manipulación masiva.
La cuestión no era tanto si existían o no componentes negativos en el arte de posguerra, ya que el arte, cuando es libre, suele reflejar el muy amplio espectro de la condición humana, las experiencias y el sentir de los hombres: lo lindo, lo que no lo es tanto, y lo feo también. Mas la actitud nazi tenía su fundamento en una percepción maniqueísta de la realidad. Es por ello que los nazis acosaban a todo el mundo recalcándole que o se estaba con el régimen y en conformismo pleno o que se estaba contra él y entonces se era un degenerado. Según ellos, las cosas eran o lo uno o lo otro.
Con todo, el arte nunca es forma y forma solamente. Por el contrario, el arte es forma y significado (incluso cuando es abstracto).
En vez de establecer qué debe o no representar un artista, uno tal vez bien podría cuestionarse: ¿de qué sirve la belleza de una obra plástica si su propósito no es otra cosa que el inculcarle al hombre ideas tales como dominar, explotar y exterminar al prójimo?
La cultura nazi, por otra parte, fue una cultura suicida. Fascinada con el orden, el sufrimiento y la muerte, y más allá de su innegable codicia, el fundamento último de ella no era otro que la autodestrucción.
Los trabajos comisionados por los nazis no son entonces obras de arte sino algo así como una droga irresistible para las masas, una que, promoviendo la uniformidad, intenta volverlas dóciles y obedientes, para finalmente manipularlas y destruirlas.
Lamentablemente el inapropiadamente denominado "arte nazi" de arte tiene poco y nada. Los trabajos comisionados por el régimen totalitario de los nazis suelen caracterizarse por ser mediocres y sensibleros: propaganda ordinaria, que como tal no puede sino recurrir insistentemente a tipos fijos, o sea, estereotipos.
Entre quienes tuvieron la valentía de oponerse al régimen nazi, mención especial merece el alemán John Heartfield.
Epílogo
"Tipo" no es arte. Los nazis intentaron abordar mediante su política la cuestión del "tipo" y ello tuvo secuelas importantes. Al hacerlo no sólo se equivocaron, sino que además hicieron mucho daño. Para los líderes nazis, el arte de su tiempo era "degenerado" mas debía llegar a ser un arte reducido a los mínimos elementos estéticos posibles y lograr además conducir al espectador hacia una lectura lineal y unívoca. El líder máximo nazi redujo como nadie el asunto en cuestión al proclamar en uno de sus discursos que "ser alemán es ser claro" y con ello sugirió que el arte alemán también debía ser claro (Círio Simon).[4]
Lo mismo es válido para la propaganda nazi que adoctrinaba las masas haciendo uso "tipos" rotundamente estereotipados.
Antídotos para todo tipo legible y unívoco son el cuestionarse y la dialéctica. Preguntémonos entonces: ¿con qué propósito se buscan perpetuar determinados estereotipos? Es más, ¿a quién beneficia ello? y ¿en qué específicamente?
En el arte no existe lo correcto o lo equivocado [...] En lo concerniente a los caminos del arte, lo importante es el hábito de asumir el deber de la integridad intelectual.[5]
Notas
1. Previamente Max Nordau tomó el término Entartung del campo de la biología y lo aplicó a sus escritos. En su discurso de Nürenberg en 1934, Hitler ya incluye la expresión "arte degenerado" al referirse al arte moderno. Luego organizará una serie de exposiciones paródicas con obras de arte moderno y destinadas a ridiculizarlo. Entre ellas merece mencionarse la de Stuttgart, a la que denominó Kunst in Dienste der Zersetzung, es decir, "Arte al servicio de la desmoralización".
2. Entre los artistas cuyas obras fueron expoliadas y luego desaparecieron especial mención merecen Manet, Monet, Pissarro, Renoir, Van Gogh, Gauguin, Cézanne, Matisse, Picasso, Modigliani, Braque, De Chirico, Chagall, Kirchner, Grosz, Klee y Kandinsky.
3. "La naturaleza vista por mentes enfermas" o "Un insulto para la mujer alemana" eran algunas de las leyendas presentes en la muestra; otras denunciaban la anarquía, el judeo-bolcheviquismo, etc.
4. Según los datos oficiales de los nazis, 400.000 personas se presentaron a la muestra de arte "alemán" y 2.000.000 a la de arte "degenerado". La muestra de "arte alemán" se componía de trabajos "racialmente puros" y que idealizaban tanto la vida campesina como los soldados listos para combatir en la guerra.
5. Tipo não é arte, 2011: "O nazismo tentou, na sua política, colocar em pauta a questão do "tipo" com as mais amplas projeções culturais. Não só errou, mas fez muito mal. [...] Para os líderes nazistas a Arte do seu tempo era "degenerada" [... mas] deveria ser [... Arte] reduzida aos elementos estéticos mínimos possíveis, e, melhor ainda, se ela fosse direcionada para uma leitura linear e unívoca. O seu líder máximo [...] reduziu [o asunto] afirmando que "ser alemão é ser claro", dando a entender que a Arte alemã também deveria ser clara".
6. Círio Simon, Isto não é arte, 2010: "Em arte não existe o certo ou o errado. [...] O importante em relação aos caminhos da arte é o hábito de assumir o dever da integridade intelectual").
Mas la expresión en cuestión es casi un neologismo, ya que hasta el momento en que los nazis la emplearon, el alemán poseía solamente el término Entartung (degeneración). Los referentes literarios de Entarte Kunst se hallan en escritos críticos de fines del siglo XIX, pero la expresión "Entarte Kunst" es de hecho una fabricación relativamente reciente.[1]
Degeneración es un término empleado en biología para referirse al estado de lo que degenera o al paso de un estado a otro inferior.
En conjunción con arte, el calificativo "degenerado" despierta asociaciones negativas, tanto en lo físico como lo moral: degenerado implica decadente, desviado, descarriado, corrompido, desenfrenado, pervertido, depravado, vicioso, indecente, despreciable.
Degenerado acaso resulte útil como término descriptivo en el área de la ciencia empírica, pero su uso en el arte no es más que un mero juicio de valor.
Históricamente, Hitler logró llegar al poder en 1933, beneficiándose de la enorme crisis económica que se hacía sentir en Alemania una vez ese país fue derrotado tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Buena parte del arte producido durante y luego de la Primer Gran Guerra transmitía las ansiedades y temores que sentían los alemanes. Tal arte era a menudo ácido y desesperanzado. Mas en tiempos de pre-guerra, e incluso durante la ya mencionada guerra, algunos artistas crearon también obras que aspiraban a una realidad mejor y comunicaban cierta esperanza.
La crítica se podía percibir por ejemplo en la obra de Otto Dix, quien a través de ella denunciaba con sarcasmo la decadencia de su época y se pronunciaba contra la guerra, representando a los soldados mutilados que ella producía.
Otto Dix, Mutilados de Guerra, 1920 Óleo destruido por los nazis. |
El aspecto esperanzado encontraba su expresión, por ejemplo, en las pinturas de Franz Marc y adquiría un carácter moderno y funcional en los diseños provenientes de la Bauhaus.
Franz Marc, El toro blanco, óleo, 1913 |
Artista vienés mimético y conservador, Hitler, jamás reconocido y siempre frustrado, indudablemente celaba la libertad y fuerza expresiva de los creadores artísticos de su época, quienes algunas veces, a diferencia de él, sí conocían el sabor del éxito.
Los artistas de vanguardia producían un arte de corte experimental. Seguían los pasos de Van Gogh y Gauguin, quienes en el siglo XIX habían logrado deshacerse de las restricciones que implicaba el arte mimético (arte que imitaba el mundo material, corpóreo y visible) dando lugar a la libertad del artista, especialmente en lo que concierne a la forma y el color. A diferencia de la narración, tanto la forma y el color son dos elementos intrínsecos del arte visual.
Vincent van Gogh, Auvers-sur-Oise, óleo, 1890 Musée d'Orsay, París |
Paul Gauguin, Autorretrato con halo y serpiente, óleo, 1889 National Gallery of Art, Washington (G1; G2). |
En el siglo XX, los artistas de vanguardia habían comprendido e internalizado tales nociones y producían entonces obras en las que el apasionado verismo de Van Gogh junto a el primitivismo expresivo de Gauguin eran recreados y capitalizados en el arte a través del uso libre de la forma y el color. Consecuentemente, los artistas de vanguardia (es decir, artistas modernos) no buscaban para nada reproducir la realidad del mundo material y visible, cosa que sí hacía Hitler.
Wassily Kandinsky, Composición IV, óleo, 1911 Kunstsammlung Nordrhein-Westfallen, Düsseldorf |
Bajo el régimen de Hitler el arte debía someterse a los dictados partido nazi y no ser nada más que un medio que comunicase los intereses del mismo. Antes de conducir a Alemania a una guerra que la dejaría literalmente en ruinas, los nazis proclamaron con insistencia que la "superioridad racial" de los blancos nórdicos "puros" no podía sino conducirlos a ser los "amos del mundo".
El idílico mundo prometido por la propaganda nazi. |
El régimen de Hitler fue autoritario, racista y belicoso.
La propaganda nazi se nutría de la obra de oportunistas que colaboraban con el régimen. Thorak fue uno de ellos. |
Con la llegada de Hitler al poder, los principales creadores alemanes no dudaron en abandonar el país.
De las obras de arte moderno que se encontraban en Alemania, exactamente 16.558 fueron confiscadas por los nazis. Algunas de ellas obras fueron seleccionadas y presentadas públicamente como "ejemplos de degeneración." Entartete Kunst fue una muestra organizada para comunicar la supuesta "irrelevancia" de la Libertad.
Las deformaciones artísticas y el uso libre del color propio de los artistas de vanguardia fueron intencionalmente exhibidos como "sintomáticos" de la supuesta falta de talento, locura y/o degeneración de sus autores.
Una vez terminada la exhibición de arte "degenerado", los nazis subastaron en Suiza las obras de arte moderno que previamente habían confiscado o usurpado por la fuerza. Cuando no lograron rematarlas, entonces las destruyeron: unas 5000 obras fueron incineradas en Berlín en 1939.
Finalmente capturado: "peligro público número uno" |
Los nazis confiscaron de los museos alemanes y de colecciones privadas obras de arte moderno que calificaron de "material peligroso" para la nación alemana ya que, según ellos, transmitían valores opuestos a los del régimen.[2]
Paul Klee, Isla agridulce, óleo, 1938 |
Pero el nazismo exhaltaba no solo la "pureza" racial sino además el conformismo automático y la sumisión absoluta e incondicional del individuo al régimen nazi.
Esculturas que Arno Breker realizó para el régimen nazi en 1939 |
Indudablemente, la libertad de expresión no formaba en lo absoluto parte del programa nazi. Debido a ello todo artista libre y pensante fue sistemáticamente tildado como "enemigo" del partido.
Las bases del arte moderno descansan sobre la libertad de expresión que arduamentelos artistas lograron conquistar gracias a la Revolución Francesa (1789), cuyos valores son enunciados en la célebre tríada "Libertad, Igualdad, Fraternidad."
Delacroix: La libertad porta el estandarte tricolor Detalle de La libertad guiando al pueblo, óleo, 1830. Musée du Louvre, París |
El arte moderno se gestó a partir de los principios de la Revolución Francesa. De naturaleza universal, tales valores fueron desde el vamos entendidos como derechos inalienables de las personas.
Karl Schmidt-Rottluff, Joven de Kovno, xilografía, 1918. Brücke Museum, Berlín |
Los nazis sentían profunda aversión por todo ello y en particular por el arte moderno, es decir, por cualquier manifestación artística independiente y de vanguardia.
Cubierta de la guía para la muestra ENTARTETE KUNST (Múnich, 1937), donde se ilustra una obra del escultor expresionista Otto Freundlich titulada Der neue Mensch (El hombre nuevo, 1912). Nótese el empleo sarcástico de las comillas en la palabra KUNST (arte) y su deliberada omisión en ENTARTETE (degenerado). La obra elegida por los nazis es primitivista y posee una prominente naríz convexa. Freundlich era un artista hebreo bien integrado en la sociedad alemana. Imagen cortesía del Deutsches Historisches Museum, Berlín |
Entartete Kunst fue el nombre de una exposición itinerante con propósitos propagandísticos organizada por los nazis en Múnich en 1937 y luego en otras tantas ciudades (Berlín, Leipzig, Düsseldorf, Weimar, Halle, Viena y Salzburgo). La muestra incluía 650 obras de arte moderno realizadas por más de cien artistas de vanguardia y entre ellos figuraban Franz Marc, Pablo Picasso, Wassily Kandinsky, Piet Mondrian, Otto Dix, Karl Schmidt-Rottluff, Edvard Munch, Meidner, George Grosz, Oskar Schlemmer, Joan Miró, Ludwig Kirchner, Emil Nolde, Heckel, Lasar Segall, Max Beckmann, Marc Chagall, Jean Metzinger, Laszlo Moholy-Nagy, Kurt Schwitters, Paul Klee, Hofer, El Lissitzky, Oskar Kokoschka, Lovis Corinth y Max Ernst.
Los movimientos condenados por los nazis abarcaban prácticamente todas las corrientes de vanguardia artística de la época: impresionismo, posimpresionismo, fauvismo, expresionismo, cubismo, abstracción, bauhaus, nueva objetividad, pintura metafísica, dadá y surrealismo.
Intencionalmente, las obras de arte moderno fueron exhibidas por los nazis caóticamente y acompañadas ya por citas que las ridiculizaban o comentarios despectivos que introducían al arte moderno como algo absurdo y patológico.[A] Así, obras de vanguardia eran mostradas como si fuesen producto de enfermos mentales o individuos ideológicamente nefastos, quienes según los nazis debían ser extirpados de la sociedad alemana.
Con ánimos de poner en evidencia la supuesta "degeneración" que implicaba el arte moderno, el programa de la muestra comparaba no pocos retratos ejecutados por artistas modernos con fotografías de individuos enfermos y que padecían patologías impresionantes, extremas e incurables.
Guía nazi de la exposición presentando patologías varias como fuente de inspiración del arte moderno. |
Favorito de Hitler, Ziegler introdujo la muestra de arte "degenerado" en 1937 recalcando que "lo que están viendo son los productos enfermos de la locura, la impertinencia y la falta de talento."
La guía de la muestra en su p. 32 ilustra obras de Baumeister, Ernst y Molzahn bajo el título "Estupidez o impertinencia--o ambas--¡llevadas al extremo!" |
En Múnich, "Arte Degenerado" fue presentado paralelamente a la "Gran Exposición de Arte Alemán," que celebraba los trabajos oficiales del régimen nazi. Pero ésta última solo fue vistada por menos de la quinta parte de la cantidad total de personas que asistieron a la muestra de arte "degenerado".[3]
Ambas muestras fueron montadas para ser asimiladas fácilmente por un público lego y sus respectivos mensajes eran presentandos como verdad incontestable. Si bien es cierto que, como reza un conocido refrán, "al que no sabe, cualquiera lo engaña" y "al que no tiene, cualquiera lo compra", ante las muestras organizadas por los nazis, muchos de los visitantes no lograron comprender el mensaje ideológico de tales gestos propagandísticos. Curiosamente, tales personas se quedaron en el "me gusta" o "no me gusta", cosa que les impidió captar el real propósito contrapuntual de las muestras. Porque la razón de ser de esas exposiciones no tenía que ver con asunto estético ninguno sino que era una mezcla de panfletarismo tendencioso y promoción partidaria. Se intentaba presentar el arte en términos antagónicos y extremistas, partiendo de un punto de vista crudo y dicotómico. En efecto, la concepción nazi del arte no era simple, era superficial y simplista.
Los trabajos celebrados por los nazis no eran necesariamente siempre malos en su calidad como forma plástica, no. Sin embargo, y más allá de su posible esteticidad, el problema real era que habían sido realizados por artistas del siglo XX quienes (sea como fuere) terminaron por entregarse y someterse completamente a los dictados del régimen nazi, para ajustarse a los dictados del mismo y reflejar en sus trabajos las premisas de dicho partido. Y, el régimen nazi era, como dijimos, autoritario, racista y belicoso. Pero además era discriminatorio y oportunista.
La "gente" representada en los trabajos encomendados por los burócratas del régimen nazi tendía a ser un conjunto de figuras idealizadas en actitudes más o menos heróicas, aunque a veces también ridículas, afectadas y/o presuntuosas. Tales figuras respondían a aquello que los nazis llamaban el "tipo racial" nórdico, es decir, la "raza aria" destinada, según ellos, a imponer su voluntad innata y dominar el mundo, con mano de hierro.
Es precisamente por eso que las muestras preparadas por los nazis no eran realmente "exposiciones de arte" sino verdaderas herramientas de manipulación masiva.
La cuestión no era tanto si existían o no componentes negativos en el arte de posguerra, ya que el arte, cuando es libre, suele reflejar el muy amplio espectro de la condición humana, las experiencias y el sentir de los hombres: lo lindo, lo que no lo es tanto, y lo feo también. Mas la actitud nazi tenía su fundamento en una percepción maniqueísta de la realidad. Es por ello que los nazis acosaban a todo el mundo recalcándole que o se estaba con el régimen y en conformismo pleno o que se estaba contra él y entonces se era un degenerado. Según ellos, las cosas eran o lo uno o lo otro.
Con todo, el arte nunca es forma y forma solamente. Por el contrario, el arte es forma y significado (incluso cuando es abstracto).
"El arte," según Oscar Wilde, "siempre es superficie y símbolo." |
En vez de establecer qué debe o no representar un artista, uno tal vez bien podría cuestionarse: ¿de qué sirve la belleza de una obra plástica si su propósito no es otra cosa que el inculcarle al hombre ideas tales como dominar, explotar y exterminar al prójimo?
La cultura nazi, por otra parte, fue una cultura suicida. Fascinada con el orden, el sufrimiento y la muerte, y más allá de su innegable codicia, el fundamento último de ella no era otro que la autodestrucción.
Andreas Paul Weber: Marcha a la tumba |
Los trabajos comisionados por los nazis no son entonces obras de arte sino algo así como una droga irresistible para las masas, una que, promoviendo la uniformidad, intenta volverlas dóciles y obedientes, para finalmente manipularlas y destruirlas.
¿Qué es el conformismo? |
Lamentablemente el inapropiadamente denominado "arte nazi" de arte tiene poco y nada. Los trabajos comisionados por el régimen totalitario de los nazis suelen caracterizarse por ser mediocres y sensibleros: propaganda ordinaria, que como tal no puede sino recurrir insistentemente a tipos fijos, o sea, estereotipos.
Entre quienes tuvieron la valentía de oponerse al régimen nazi, mención especial merece el alemán John Heartfield.
John Heartfield: Paz y Fascismo. El fotomontaje muestra la paloma de la paz atravesada por la bayoneta del autoritarismo. |
Epílogo
"Tipo" no es arte. Los nazis intentaron abordar mediante su política la cuestión del "tipo" y ello tuvo secuelas importantes. Al hacerlo no sólo se equivocaron, sino que además hicieron mucho daño. Para los líderes nazis, el arte de su tiempo era "degenerado" mas debía llegar a ser un arte reducido a los mínimos elementos estéticos posibles y lograr además conducir al espectador hacia una lectura lineal y unívoca. El líder máximo nazi redujo como nadie el asunto en cuestión al proclamar en uno de sus discursos que "ser alemán es ser claro" y con ello sugirió que el arte alemán también debía ser claro (Círio Simon).[4]
Lo mismo es válido para la propaganda nazi que adoctrinaba las masas haciendo uso "tipos" rotundamente estereotipados.
Antídotos para todo tipo legible y unívoco son el cuestionarse y la dialéctica. Preguntémonos entonces: ¿con qué propósito se buscan perpetuar determinados estereotipos? Es más, ¿a quién beneficia ello? y ¿en qué específicamente?
Las mito-formas de los nazis fueron absorbidas por la estética del kitsch. |
En el arte no existe lo correcto o lo equivocado [...] En lo concerniente a los caminos del arte, lo importante es el hábito de asumir el deber de la integridad intelectual.[5]
La humanidad hoy: raza de mil colores |
Notas
1. Previamente Max Nordau tomó el término Entartung del campo de la biología y lo aplicó a sus escritos. En su discurso de Nürenberg en 1934, Hitler ya incluye la expresión "arte degenerado" al referirse al arte moderno. Luego organizará una serie de exposiciones paródicas con obras de arte moderno y destinadas a ridiculizarlo. Entre ellas merece mencionarse la de Stuttgart, a la que denominó Kunst in Dienste der Zersetzung, es decir, "Arte al servicio de la desmoralización".
2. Entre los artistas cuyas obras fueron expoliadas y luego desaparecieron especial mención merecen Manet, Monet, Pissarro, Renoir, Van Gogh, Gauguin, Cézanne, Matisse, Picasso, Modigliani, Braque, De Chirico, Chagall, Kirchner, Grosz, Klee y Kandinsky.
3. "La naturaleza vista por mentes enfermas" o "Un insulto para la mujer alemana" eran algunas de las leyendas presentes en la muestra; otras denunciaban la anarquía, el judeo-bolcheviquismo, etc.
4. Según los datos oficiales de los nazis, 400.000 personas se presentaron a la muestra de arte "alemán" y 2.000.000 a la de arte "degenerado". La muestra de "arte alemán" se componía de trabajos "racialmente puros" y que idealizaban tanto la vida campesina como los soldados listos para combatir en la guerra.
5. Tipo não é arte, 2011: "O nazismo tentou, na sua política, colocar em pauta a questão do "tipo" com as mais amplas projeções culturais. Não só errou, mas fez muito mal. [...] Para os líderes nazistas a Arte do seu tempo era "degenerada" [... mas] deveria ser [... Arte] reduzida aos elementos estéticos mínimos possíveis, e, melhor ainda, se ela fosse direcionada para uma leitura linear e unívoca. O seu líder máximo [...] reduziu [o asunto] afirmando que "ser alemão é ser claro", dando a entender que a Arte alemã também deveria ser clara".
6. Círio Simon, Isto não é arte, 2010: "Em arte não existe o certo ou o errado. [...] O importante em relação aos caminhos da arte é o hábito de assumir o dever da integridade intelectual").
Recursos Online
Antología de obras de arte "degenerado" y Commons
Degenerate Art y Degenerate Art Exhibition
The Censure of Democracy
Werckmeister, Totalitarian Art, Northwestern, 1999
Neil Levi, "Judge for Yourselves!" - The "Degenerate Art" Exhibition as Political Spectacle, October, Vol. 85, 1998, pp. 41-64; The MIT Press
El "arte degenerado" de Hitler es ahora la sensación cultural de Berlín, Clarín, 2004
Rachael Bell, Nazi Looted Europe's Great Art Treasures, Crime Library, c. 2011
Ver también:
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